"Baby es una joven de 17 años que quiere disfrutar de su juventud. Por eso se decepciona cuando descubre que sus padres pasarán el verano con ella en un resort de Catskills. Sin embargo, su suerte cambia cuando conoce a Johnny, el experto y seductor profesor de baile del complejo". Eso se podía leer en el dorso de los VHS (en castellano) cuando el año 1987 medio mundo alquilaba en su videoclub la película Dirty dancing. Fue uno de los éxitos de los maravillosos años 80 donde todo el cine era mejor. Más naif, menos pretencioso, mejor. Un argumento de novela rosa que hizo bailar a toda una generación al sonido de la canción The time of my live. Y una escena para la historia del cine, la actriz Jennifer Grey corre para saltar sobre Patrick Swayze. Una pareja que no ha tenido suerte: él murió prematuramente a los 57 años de cáncer de páncreas y ella a los 64 años ha hundido su carrera prometedora.

Patrick y Jennifer en Dirty dancing, twitter

Grey era una actriz con una personalidad descomunal en pantalla que por manías de Hollywood se operó su fabulosa nariz y perdió atractivo. Esta semana ha reaparecido en una alfombra roja y parece otra persona. Ha presentado en Londres su última película A real pain y el pánico real era verla tan cambiada. La revista Hola destaca cómo iba vestida: "Jennifer estaba radiante y lució figura con un jersey de escote en 'v' y manga larga de color burgundy que combinó con un falda de lentejuelas en un tono ligeramente más oscuro y sandalias de tacón de color negro". Lo que no dicen es que en la sala nadie ha visto que aquella señora era la chica de Dirty dancing, no se parecen en nada

Jennifer Grey, Ig
Jennifer Grey esta semana, GTRES
Jennifer Grey antes y ahora, Instagram

La rinoplastia fue un error admitido por la misma actriz. No hay que destacarlo más, se ha estropeado. Es otra cara hecha en un quirófano sin personalidad, como tantas otras. Jennifer Grey de primeras todavía mantiene su característica cabellera ensortijada, un poco más larga ahora. Con el paso de los años, la cara de la actriz también ha cambiado de una manera ovalada, a una pizca más afilada. Sin embargo, su mirada y expresión permanecen imperturbables. Como la fama le llegó a una edad muy temprana la misma Jennifer confiesa que ha cometido algunos errores. Por ejemplo, la rinoplastia a que se sometía (y que se han hecho otros famosos) y de la cual se arrepentía tiempo después. Lo dice a sus memorias 'Out of the Corner'. Sobre todo, porque ella misma oía que había perdido su identidad, cosa que también pasaba factura a su carrera. Ella misma se atrevía a bromear con la idea de que entró en la sala de operaciones siendo una celebridad, pero salía de la misma convertida en un personaje anónimo. "Fue como estar en un programa de protección de testigos".

Una pena, por suerte quedará siempre ver un domingo por la tarde bajo la manta la película y estremecerse al sonar: "Now, I have had the time of my life No, I never felt like this before. Yes, I swear, it's the truth. And I owe it all to you". Dadle al play y soltaos:

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