Jesús Janeiro, conocido popularmente como Jesulín de Ubrique, es una de las figuras más icónicas del toreo en España. Sin embargo, a finales de los años 90 decidió dar un giro inesperado a su carrera y adentrarse en el mundo de la música, una aventura que, con el tiempo, terminó costándole mucho más de lo que esperaba.“Fue idea mía”, reconoce Jesulín. ¿Y se arrepintió? “No es que me arrepintiera, pero ahí aprendí muy bien el refrán ese de ‘cada maestrito, con su librito’, porque ya me salí de mi dinámica y de mi profesión, y eso ya chocaba. No se podía compaginar”.
Esto provocó, además, que cuando toreaba “no me echaba mucha cuenta”, dando a entender que algunos vieron falta de prestigio en él y en su profesión por dedicarse también a la música. “No se puede estar en misa y repicando, así que corté por lo sano”. Jesulín se reunió entonces con la discográfica y tuvo que pagar una multa por estar rompiendo sus contratos con ella. “Pero, ¿sabes qué te digo? Aquello fue en el 94. Todavía, en la actualidad, mi canción es la puta hostia”, presume. Eso sí, reconoce que “me pasó factura el tema de cantar. Por eso corté. Fue un lapsus, si hubiera seguido sería una epidemia”.
Hoy, el paso de Jesulín por la música es recordado con nostalgia y humor, pero también como una lección sobre los riesgos de salir de la zona de confort. "No me arrepiento de haberlo intentado, pero reconozco que no fue la mejor idea económicamente hablando", confesó en una entrevista reciente. Su historia refleja que, aunque a veces es necesario tomar riesgos, no siempre los resultados son los esperados.
“Yo me dedicaba a torear pero tenía éxito en lo que iba haciendo. Pero mi profesión, a la que yo me dedicaba, y mi vida ha sido siempre el toro. Pero cuando tienes éxito te vienen con una cosa, te ofrecen otra cosa... Me ofrecieron cantar, pues canté, me saqué mi disco”, comenzó expresando el de Ubrique. “Oye, que después de 28 años todavía está el tío ahí. Y ahora te he hecho un musical, con dos cojones”, se regodeó con orgullo. “Habrá muchos singles que se han olvidado, el mío no”.
“Además yo tenía hecha una gira y todo, yo iba a cantar en América. No hice Las Américas toreando y las iba a hacer cantando”, confesó. Pero terminó con todo. “Corté por lo sano. Tuve que pagar no sé si fueron 60 o 70 millones de pesetas y ya está. Yo me rajé, y cuando uno se raja tiene que aceptar las consecuencias”. Ahora ya solo canta para él y para sus amigos, o en ‘El Desafío’, versionando su canción más famosa.
No todos sus seguidores lo apoyaron en su rol de cantante
Con la canción "Toda", Jesulín intentó conquistar un nuevo público y explorar su faceta como artista. Aunque la canción se hizo famosa, más por la sorpresa que causó y el tono humorístico que generó, la incursión del torero en la industria musical fue recibida con opiniones divididas. Muchos lo apoyaron por atreverse a probar algo diferente, mientras que otros lo vieron como un intento fallido y lo criticaron duramente.
Jesulín le generó pérdidas económicas considerables su paso por la música
A pesar de las risas y el revuelo que generó el lanzamiento del tema, lo que muchos desconocen es que la aventura musical de Jesulín le generó pérdidas económicas considerables. Según fuentes cercanas al torero, la producción del disco, la promoción, los contratos con discográficas y los gastos asociados a los videoclips hicieron que la inversión se disparara. Aunque hubo cierta acogida por parte del público, las ventas no fueron suficientes para recuperar lo invertido.