La actualidad rosa estaba relativamente tranquila durante este puente de diciembre. Hablamos en pasado, sí, porque una noticia acaba de alborotar el gallinero de forma sorprendente, inesperada y con consecuencias imprevisibles. Una información que habrá hecho alucinar a Belén Esteban porque le toca un tema sensible, fuente inagotable de conflictos con sus enemigos más íntimos: su ex, Jesulín de Ubrique, y la mujer del torero, María José Campanario. Hablamos concretamente de su descendencia.
Que Belén y Jesús tuvieron una hija fruto de su relación lo saben incluso los marcianos. Dicen que los hijos vienen al mundo con un pan debajo el brazo, pero en el caso de Andrea lo hizo con un saco de portadas, exclusivas y polémicas en platós de televisión. La tertuliana estrella de Telecinco siempre se ha quejado amargamente de la nula presencia paterna con la que ha crecido la joven de 22 años, cosa que no ha pasado ni mucho menos con las criaturas nacidas en el matrimonio Janeiro-Campanario. Y esta diferencia de trato la sulfura. Especialmente a partir del estallido mediático de Julia, la nueva sensación de la prensa rosa española y del mundo de las influencers. La operación de aumento de pechos de la joven de 18 años provocó una batalla: "A una le pagas las tetas y a la otra ni la mitad de los estudios", dijo.
Aparte de Julia, la pareja tiene otro hijo: un adolescente de 14 años que también se llama Jesús, como el padre. Un niño del que, por motivos obvios, no se habla en televisión. Lo que nadie esperaba era que esta familia aumentara el número de integrantes a estas alturas de la película. Cosa que de aquí 6 meses cambiará radicalmente si todo va bien, como así esperamos: María José está embarazada. A sus 42 años (Jesulín tiene 47) se han animado y tendrán el tercero. "Quién me iba a decir a mí que iba a volver a ser padre", ha dicho en la revista 'Hola!. Una intervención que, eso sí, ha tenido en cuenta a Andrea, quizás para no tocar aquello que no suena a Belén.
La pareja está muy ilusionada con la llegada de un miembro más del clan, aunque tienen una preocupación comprensible: como afectará a la gestación la enfermedad de la madre, que sufre fibromialgia. No es la única situación que les roba el sueño, ya que su hija Julia está pasando por momentos muy complicados a raíz de la ruptura con el exnovio Brayan Mejía. Una pelea en una discoteca, una visita a urgencias, denuncias en un juzgado de violencia de género, supuestas amenazas de ir a televisión a explicar las intimidades familiares y las cosas feas que dicen de Belén Esteban... El panorama no es idílico a pesar de la alegría del momento. Y si además añadimos la presión mediática que los programas y las revistas pondrán sobre Esteban (de la que se ha especulado que también quería volver a ser madre a los 48 años), esto puede ser el detonante de una nueva guerra.
Esperemos por el bien de la criatura que los adultos se sepan comportar y aparquen sus diferencias durante unos meses, incluso años. Ahora bien, tampoco apostaríamos demasiado. El show debe continuar.