Son días muy complicados los que se están viviendo, especialmente en Europa, epicentro hoy por hoy del contagio por coronavirus. Desgraciadamente, hay otras partes del mundo que viven una dramática situación permanentemente, haya o no haya coronavirus. Países donde la pobreza y las penurias dejan imágenes impactantes de niños dejados de la mano de Dios. Jesús Vázquez, antes de que estallara la pandemia por el COVID-19, visitó uno de estos países.
El presentador de Mediaset ha demostrado siempre tener una sensibilidad especial por la solidaridad con los más necesitados. Y ahora, a sus 54 años, especialmente. Acaba de venir de Ruanda, donde ha visitado dos campos de refugiados como embajador de buena voluntad de Acnur. Y allí ha visto in situ la dura realidad de miles de personas, especialmente los niños.
En una entrevista con la revista Pronto ha revelado que dejará su herencia a "los niños más desfavorecidos". El presentador, que hace muchos años que vive en pareja con Roberto Cortés, no tiene hijos, por eso considera que lo más "justo y ético es que mi herencia revierta en personas que lo necesiten". Tanto Vázquez como su marido se han preguntado a menudo qué pasará cuando falten.
Y lo tiene claro, dejar en herencia, no una parte de su legado, sino "todo. Cuando yo ya no esté esos niños tendrán un cole o un hospital porque yo se lo habré dado", con especial sensibilidad y emoción hablando de las niñas: "Es algo que me obsesiona, han sido víctimas de abusos o violaciones, sueño la parte más débil de la historia". Una medida digna de aplaudir.