Cuando el Barça gana, no hay culé más feliz que Joan Laporta. Cuando el Barça pierde, no hay culé más triste que Joan Laporta. El presidente del Barça ha enamorado a todos los seguidores con su pasión por los colores azulgranas y, poco a poco, parece que vuelva a poner el club donde se merece. Los últimos partidos del Barça no están reflejando todo lo que era capaz de hacer el equipo en el principio de temporada. La euforia culé se ha rebajado porque las últimas jornadas han demostrado no ser un equipo invencible. Sin embargo, el Barça está de enhorabuena porque este 2024 celebra 125 años de historia. El umbral de las celebraciones llegó este viernes, cuando el club celebró la famosa gala del Liceu. El acto fue un espectáculo fantástico y dejó muchos momentos para la historia del club.
Desde la elección de un nuevo himno, hasta la creación de una mascota. El acontecimiento no dejó indiferente a ninguno de los culés que asistieron. Obviamente, uno que tenía que estar sí o sí era Joan Laporta, que lo vimos más feliz que nunca. El presidente habló delante de todos los asistentes y, después de emocionarse en varias ocasiones, pudo hacer lo que más le gusta: presumir de ser del Barça. El máximo dirigente azulgrana es un showman y allí donde va le encanta dejar huella. Los culés están enamorados de él y él está enamorado de todos los culés. Esta buena relación con el espectáculo provoca que el presidente sea diariamente perseguido por los medios de comunicación y cualquier cosa que diga es noticia. Esté donde esté, Joan Laporta tiene espectadores y no descansa ni en el partido de su hijo.
Este fin de semana, después de la dura derrota del Barça contra la UD Las Palmas, el presidente del Barça fue hasta Palamós, donde debutaba su hijo. Las cámaras de 'El Desmarque' asistieron y han creado un vídeo fantástico. Durante el contenido, se puede ver al Joan Laporta más afectuoso con su hijo Pol. Ni el frío, ni la derrota de su equipo, ni la presencia de las cámaras evitaron que Joan Laporta acudiera como un padre cualquiera a ver a su hijo, de 31 años, jugar un partido de cuarta catalana. El nivel de la competición es bajo, porque es la última división amateur de Catalunya, pero Pol Laporta, con el 7 en la espalda, deja algunos detalles de calidad. "Me encanta, mi padre es mi fan número 1 y estoy muy agradecido a todas las puertas que se me han abierto por ser hijo de mi padre", explica tranquilamente el jugador delante de las cámaras.
"Consejos no. Hablamos de fútbol como aficionados, como culés y como padre e hijo". Un rasgo que tienen en común los dos Laporta es que les encanta el fútbol y así lo demuestra el hijo reconociendo su referente, un compañero de su padre, "Deco". La tarde acabó igual de mal como había empezado, derrota del Barça (1-2) y derrota del Palamós B, también en casa (2-5). Sin embargo, no hay nadie que le saque al presidente la típica escena de todos los padres y madres yendo a saludar a los hijos después del partido. Nos encanta ver el lado más familiar de Joan Laporta. Viendo los highlights podemos decir que el hijo tiene calidad. Ya pueden mejorar los de Hansi Flick porque si no el presidente tendrá que hacer un nuevo fichaje: Pol Laporta.