El declive de Ciudadanos es un hecho. Nadie como ellos había representado en tan poco tiempo lo que es creerse los reyes del mambo y pasar en pocos años a agonizar de mala manera y quien sabe, si a su desaparición, más temprana que tarde. De un tiempo a esta parte, el desastre del partido naranja, fruto de sus decisiones, ambiciones, desbarajuste y crispación como señal identitaria es una realidad. Albert Rivera huyendo con el perrito Lucas con la cola entre las piernas, como también otros miembros destacados del partido, Arrimadas haciendo las maletas a Madrid donde quedan a la sombra de PP y Vox, en Catalunya, sopapo descomunal, perdiendo a 30 diputados de unas elecciones a las otras en el Parlament, mociones de censura fallidas, tránsfugas que abandonan el barco cuando se hunde, empezando por Lorena Roldán y acabando por los diputados de Murcia... Un entierro en vida de una formación de la que nadie se acordará dentro de cuatro días.
Ya les pueden decir adiós, que dentro de poco no podrán. Cs es un esperpento. Veremos qué pasa con la artista anteriormente conocida como la montapollos y sus palmeros. Parece que en el Titanic de Ciudadanos no quedará ni la orquesta. Y somos generosos al definir Cs como Titanic, más bien, barquita ajada de pescador. Los naranjas irán haciendo coletazos tratando de flotar, pero su extinción parece ahora más próxima que nunca.
Uno de los que no lamentará que desaparezcan es el grandísimo director teatral Joan Lluís Bozzo. El maestro escénico catalán, de hecho, probablemente haya puesto ya una botellita de cava en el congelador esperando a abrirla. Y antes de que llegue el momento de la defunción final, Bozzo ya ha verbalizado lo que muchos otros piensan. Ha revelado cuál es una de las máximas alegrías que está teniendo estos días mientras contempla el desastre de Cs:
La red le da la razón y reclama recuperar otras palabras: