Joan Manuel Serrat empieza tres días de conciertos en Madrid con todas las entradas agotadas. El cantautor catalán tiene mucho predicamento en la capital, en parte porque repite siempre que puede que él no es independentista. Aprovechando su estancia en la capital de España ha hecho caso a su amigo Raül Romeva y le ha ido a ver s la prisión de Estremera. En una entrevista de El país explica que "Fui porque Raúl me lo pidió, así de sencillo. Con el padre de Romeva estudié, hicimos la mili juntos y formamos un grupo hace más de 50 años". Con el esperado acercamiento de los presos políticos a prisiones catalanas, Serrat ha ido más allá: pide directamente no cambiarlos de cárcel sino su libertad.

EFE

La frase textual que ha pronunciado Serrat es: "Personalmente no soy independentista, todo el mundo lo sabe, ni llevo lazo amarillo. Pero la puesta en libertad de estos presos sería un gesto de responsabilidad política que favorecería la convivencia en Cataluña". Salió emocionado de su visita a Estremera: "Esos lugares siempre sobrecogen. La privación de libertad es uno castigo tremendo. Estar 100 días sin poder abrazar a tus hijos, no se lo deseo a nadie".

Serrat no acaba aquí su análisis y profundiza en lo que, a su parecer, está pasando en Catalunya: "Hay que distinguir el soberanismo del procesismo. El primero me parece legítimo. No lo comparto, pero es una opción. El segundo es otra cosa. Plagada de manipulación, tergiversación, mentiras y promesas incumplidas". Debe ser aquello de "condena el pecado y abraza al pecador", pero acusar de mentirosos a los líderes del procés después de pedir su libertad es, como mínimo, paradójico.

La Sexta

El noi del Poble-sec acaba la entrevista con un deseo "Que el independentismo deje de ser ese eje sobre el que gira todo y por el que se vive cada día allí. Se puede ser catalán sin ser independentista". Una obviedad tan grande como que esta ignominiosa prisión preventiva es una herramienta política disfrazada de mecanismo judicial.