Hoy es un día muy feliz. Y quien lo ha hecho posible es el mejor entrenador de la historia, a quien los culés tenemos en un altar. Un genio de los banquillos que se llama Pep Guardiola i Sala, que durante cuatro años nos emocionó con el mejor Barça de la historia y que ahora sigue haciéndolo a pesar de sentarse en el banquillo del Manchester City. El conjunto sky blue pasó por encima del Madrid en la vuelta de las semifinales de la Champions. Humillación histórica, por el cuánto, 4 a 0, pero sobre todo, por el cómo, con un tiki taka brutal y un meneo en toda regla. Los culés, solo faltaría, eufóricos y agradecidos de ver un partido como el de ayer en el Etihad Stadium y de ver cómo nuestro eterno rival quedaba humillado por el conjunto citizen y fuera de la final de la Champions. Doble alegría azulgrana: ver al Madrid hundido y sobre todo, que el artífice que lo ha hecho posible sea uno de los nuestros como Pep, que en la sala de prensa recordó, por si a alguien se le ha olvidado, que "yo soy culé, soy del Barça":
Todos los culés del mundo, absolutamente todos, nos emocionamos y vibramos con el partido de ayer. Una vez el árbitro pitó el final, la culerada todavía se pellizcaba mientras los haters echaban espuma por la boca:
El bueno de Joan M. Pou no narró el Manchester City - Real Madrid. Pero le hubiera encantado hacerlo. La voz de los partidos del Barça en RAC1, declarado culé y guardiolista, estaba extasiado. Y no es para menos. Él, como millones de culés, celebramos la eliminación del City a manos de Guardiola como una victoria nuestra. Es lo que tiene la máxima rivalidad, que ganas cuando tu equipo gana y también cuando tu rival pierde. Explicarle eso a alguien parece ridículo. Se aprende en el primer curso de aficionado al fútbol. Pero hay un exjugador del Espanyol a quien se lo tendrían que volver a explicar. Un exjugador periquito, mito del club blanquiazul, a quien el partido de ayer y la posterior celebración culé, escuece como vinagre en una herida. ¿Quién? Ángel Morales.
Uno de los jugadores más emblemáticos del Espanyol, con quién jugó muchas temporadas, quizás todavía fastidiado porque el Barça les ganó el domingo en la Liga, complicándoles todavía más la salvación, quizás enfadado porque los jugadores del Barça osaron celebrar, oh! ¡sacrilegio! el título de Liga recién ganado, con un corro inofensivo encima del césped de Cornellà, ha dejado aflorar cómo le hierve la sangre con todo lo que tenga que ver con el barcelonismo, y ha perpetrado un comentario en redes después del partido entre el City y el Madrid, y la evidente alegría culé. Dice Morales: "¿No era de equipo pequeño celebrar derrotas de otros equipos? Otro ejemplo de doble moral". ¿Y quien le ha respondido? Un Joan M. Pou que ha tenido suficiente con un emoticono repetido tres veces. Y es que te tienes que reír. Mucho más explícitos han sido en la red:
No se puede decir más claro que este último usuario.