El caso Dani Alves se complica cada día que pasa. Se complica para él, se entiende. Para la Justicia está cada vez más claro. Pruebas en abundancia, esperma en el suelo del lavabo del reservado de Sutton, testigos, vídeos, la declaración coherente de la víctima, los diversos cambios de versión del ex del Barça, su prepotencia con la jueza. Y ahora cae la última defensa del crac, su mujer parece que empieza a abandonarlo. A Joana Sanz se le cae la venda de los ojos y el primer gesto público de desaprobación a su todavía marido ha sido lo bastante explícito: borrar todas las fotos conjuntas que lucía todavía en su Instagram. Ni Shakira ha hecho eso. Alves eliminado del instagram de su mujer. Lo tiene difícil cuando ni la mujer cree en él:
Hasta hace poco la red de las vanidades de Joan Sanz estaba llena de imágenes con su marido y colgaba stories en vídeo defendiéndolo. Ya no. El brasileño acaba de tomar una decisión que lo define: fichar a Cristóbal Martell como abogado. El experto penalista es de los más caros de Barcelona y famoso por encontrar salidas impensables para casos que parecían perdidos. Consiguió que absolvieran a Ferrovial del caso Palau, está defendiendo la Familia Pujol en un caso que no se juzga nunca y ahora Alves lo necesita. Alves aparenta verlo muy mal. Y tiene razón. Los mossos filtran pruebas muy contundentes.
La abogada de la víctima, Ester García López, ya hablado en una entrevista en el portal brasileño UOL. García ha subrayado que ha rechazado de forma "firme" y reiterada la posibilidad de recibir una indemnización por parte de su presunto agresor, a la cual tendría derecho, dado que dispone de una buena posición financiera, y solo quiere que se haga justicia. Su frase fue: 'Si hay dinero de indemnización en medio, no te contrataré'. Ella, desde el primer minuto, me dijo que no. Eso nadie lo sabe". Sin embargo, ha dicho temer que "empiecen a ejercer una presión mediática para que ella llegue a un momento en que diga 'no aguanto más'" y acabe aceptando una eventual oferta de acuerdo.
Dani Alves fue detenido el 20 de enero pasado en Barcelona, cuando se presentó a prestar declaración por|para la presunta violación de una mujer, que habría pasado el 30 de diciembre en una discoteca de Barcelona. El juzgado decretó la prisión incondicional para el futbolista, que ahora está en interno en la prisión Brians 2 de Sant Esteve Sesrovires, en Barcelona. Después de su detención, los Pumas UNAM despidieron al lateral derecho de 39 años, que fichó por el club mexicano en julio del 2022 para prepararse para el Mundial. Abandonado por su equipo y por su mujer. En la cárcel come poco, madruga y juega al parchís.