Joaquín Cortés tiene 52 años y es uno de los bailaores españoles más famosos de las últimas décadas. Su talento para la danza lo hizo destacar desde muy joven: con 16 años lo convirtieron en solista del Ballet Nacional de España. Tres años más tarde abandonaría la institución y empezaría una carrera por su cuenta que lo convirtió en una superestrella internacional. Su arte sobre el escenario era un imán para el gran público, pero Cortés tenía otra arma infalible: un atractivo innegable. Tan guapo que incluso hizo fundirse a una top model de primera línea como Naomi Campbell. Una leyenda bailando y ocupando portadas de revistas del corazón. Han pasado los años y las cosas han cambiado bastante en todos los sentidos.
Joaquín es hoy en día un hombre familiar: tiene dos hijos, Romeo y Andrea, fruto de su relación con Mónica Moreno. Su físico imponente también ha experimentado modificaciones notables, aunque ya se sabe: el que tuvo, retuvo. Eso sí, el bailaor ya no trabaja tanto como en el pasado por culpa de la pandemia, a pesar de algunas incursiones en el mundo de la televisión, como "ganar" la segunda edición de 'Mask Singer' en Antena 3. La falta de trabajo pasa factura, especialmente la económica. Está sufriendo de lo lindo en Lisboa, ciudad en la que se instalaron en 2019 en un exclusivo barrio residencial. El diario portugués 'El Correio da Manhã' explica las dificultades que vive en la capital del país, ofreciendo un retrato de ruina.
La cabecera se ha hecho eco de la denuncia del arrendatario del piso donde viven los Cortés-Moreno: no paga las mensualidades desde hace año y medio, y la deuda empieza a ser astronómica: 20.000€. Las causas para no abonar los 1.200€ mensuales no están claras. Cortés ha asegurado que el propietario lo quiere estafar por una casa que no está en buenas condiciones y que se quiere aprovechar de su condición de famoso internacional. La otra parte, todo lo contrario: como era un cliente VIP, le hizo una rebaja de 400€ al mes en un piso de 200 metros cuadrados y vistas espectaculares. De lo que no habla esta persona es de estos supuestos desperfectos, que Joaquín asegura que se comprometió a resolver. Cosa que, según su mujer Mónica, quien ha hablado con el digital 'Look', nunca ha ocurrido.
El tema llegó a la justicia, ordenando el desahucio de la propiedad. Un hecho que, sin embargo, no se ha producido. El diario ofrece más detalles, como que el denunciante estaría desesperado por echarlos y recuperar la vivienda. Explica el comportamiento de Cortés durante todo este proceso: "Dijo que pagaría más tarde y luego dejó de responder". Describe un simpa de manual, vaya. Ahora bien, lo único que tenemos claro es que alguien no está diciendo toda la verdad.
Nadie diría que el artista esté preocupado por esta situación. Lo hemos visto en Madrid recientemente con su familia tan contento. Veremos cómo se resuelve esta polémica.