'Joc de Cartes' está en plena forma: impresionante dato de audiencia para TV3 con el duelo Palamós- Sant Feliu de Guíxols. Un 21'3% y 405.000 espectadores, uno de los máximos de la temporada. En tiempo de cierre forzoso de restaurantes por el coronavirus, Catalunya sueña despierta con el recorrido gastronómico que propone Marc Ribas cada miércoles y se engancha en masa al programa. Lástima, sin embargo, que en vez de disfrutar y salivar con platos y recetas del Empordà, lo que predomine sea la mala leche y el asco. Y que centenares de miles de ciudadanos te borren de su lista de futuras escapadas culinarias. La apuesta por más show y menos calidad en mesa tiene consecuencias: JdC se ha convertido en el escaparate de personajes pasados de vueltas, sabelotodo y maleducados, que no pueden pagar sus osadías con excelencia gastronómica. Precisamente lo que le ha pasado a un hostalero de Sant Feliu que ha sido coronado por los fans como el más odioso de Catalunya.
Daniel, de Els Nois, es el flamante ganador de esta categoría. Y curiosamente, y para gozo de los televidentes, el último clasificado de los 4 participantes del programa. No parecía un cocinero, sino un tertuliano de 'Sálvame' en un reality hardcore. La retahíla de sandeces, costumbrismos y lecciones vacías de contenido y plenas de fanfarronería hartó al resto de concursantes y al propio conductor, aunque Ribas haga verdaderos esfuerzos por contenerse. Lo criticaba todo. Todo. Y mal, muy mal. La gota malaya. Incluso se atribuía los aciertos de otros porque habían aprendido de él, oh mesías. Es lo que le pasó a Josep, de La Salinera, ganador final del episodio y que había mantenido una relación profesional en el pasado. Josep dijo hasta aquí y sacó el machete cuando tuvo la oportunidad, claro. Pero es que se lo había puesto muy fácil. Es decir, no puedes poner verdes a tus adversarios cuando tienes una cocina minúscula y sucia ("llena de mierda", se dijo literalmente), utilizas ingentes cantidades de aceite o productos de dudosa procedencia, o, incluso, sirves con desgana. Ribas, siempre atento, entró en su cocina para hacerle un reproche con guante de seda, pero demoledor: "¿servís así los postres, enfadados?". Dani, eso sí, es de los que siempre tiene respuesta para todo, por inverosímil y nada educada que sea. Se arrepintió a última hora, vaya, cuando fue consciente de lo que despertaba entre sus interlocutores: 3 concursantes, un presentador y... 400.000 catalanes y catalanas. La respuesta de la red ha sido brutal, con calificativos gruesos como "payaso".
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El exaprendiz Josep lo explicó con acierto: "no te he reconocido", le decía a Dani. Ahora bien, lo que sí que ha conseguido es que le conozcan en todas partes. Veremos si su tarjeta de visita le reporta futuras reservas. Ahora bien, no tiene buena pinta.