El prime time de TV3 ha hecho llorar a buena parte de Catalunya. Una bien grande, enorme. Primero con el falso estreno de 'Quan el cor s'atura' de Julio Manrique y Cristina Genebat: más que estreno falso, serie falsa, en realidad. En vez de una sitcom en directo y con público, era una campaña de La Marató por la salud cardiovascular. Genebat sufría un ataque al corazón al poco de empezar el capítulo, dejando a la audiencia alucinando y sufriendo. El impacto fue contundente y la emoción se disparó con el reportaje de Eloi Vila, explicando esta problemática y poniéndole cara, voz y sentimiento. Un 24% y 498.000 espectadores enganchados a la pantalla, con el pañuelo en la mano. Lo que no sabían era que lo tendrían que utilizar, minutos después, con el 'Joc de Cartes' de Marc Ribas. Una escena conmovedora en uno de los restaurantes gerundenses haría correr ríos de lágrimas. Un río descomunal, como el dato de audiencia: récord de temporada, como cada semana, destrozando registros: 28,9% y 511.000 fieles de media.
El concurso buscaba a la mejor restauradora de las tierras de Girona, con una protagonista desde el primer minuto hasta el último: la Renata, una rumana que hablaba un catalán fantástico, que ya lo querrían en el Vallès Occidental. Regentaba una masía que tenía buena pinta, como los platos que desfilaron por la mesa. Calidad gastronómica había, también obsesión por dar un buen servicio a los comensales. Bueno, con matices. Se destapó con conductas machistas que dejaban a todos de piedra, desde las rivales al propio chef y presentador. En su casa primero se sirve a los hombres, por ejemplo, ya que así lo manda su protocolo. Y si eres un tipo guapete te tratará como un rey con chupitos, palique y bromitas. Si eres del montón, o una mujer, una familia, una parejita o un matrimonio... lo dejaremos en que no habrá tanta atención. Un personaje peculiar, Renata.
El postre que puso el concurso patas arriba
Gracias a esta restauradora, quien por cierto ganó los 5.000€ del premio con comodidad, vivimos el otro momento lacrimógeno, conmovedor y emocionante de la noche. Fue durante la tercera comida, cuando llegaron los postres. Las papilas gustativas de la rumana hicieron un descubrimiento de mérito: sabía la nacionalidad del autor o autora de una cinta de hojaldre con cabello de ángel. Y lo sabía porque era exactamente igual a la que comía en casa de su abuela cuando era pequeña, en la zona de Suceava en Rumania. Le llaman Placinta cu Mere en su país. Marc Ribas fue a la cocina para saber si Renata tenía razón, y efectivamente: bingo. La cocinera era rumana. Maria. La felicitó porque estaba buenísima, pero hizo una cosa inédita: invitarla a la mesa. Y aquí se desataron los sentimientos.
Ríos de lágrimas en 'Joc de Cartes'
Renata empezaba a hablar en rumano con María y se acababa rompiendo cuando recordaba su niñez. Imposible no llorar con la tensión del momento. Era imparable. La cara de Maria era un poema. Y cuando volvió a la cocina con sus compañeras, acabaron todas con el pañuelo en la mano, deshaciéndose en lágrimas, abrazadas. "Me vienen todos los recuerdos", decía. De los momentos más mágicos que recordamos en 'Joc de Cartes'. Sensacional.
Ribas y su equipo se superan cada semana. En todos los sentidos.