Hay que felicitar al equipo de casting de 'Joc de Cartes' en TV3. Esta séptima temporada han conseguido auténticas joyas de la historia del concurso y reality culinario. Y mira que es difícil. Pero con personajes como Pilar Salazar, de Vaquerisses, o Mònica, del Mercado del Ninot de Barcelona, se han coronado como maestros. Pilar y Mònica no se conocen, no se parecen en nada, pero comparten un don: enganchar a la audiencia. Por motivos diferentes y resultado opuestos, dirán. Sí. A Pilar ha habido mucha gente que la detestaba, mientras que a la nueva estrella del programa la han adoptado. Ponga a una Mònica en su mesa para cenar. No se arrepentirá.
Nuestra protagonista tiene un puesto histórico en la plaza de abastos del Eixample barcelonés, la Bacallaneria Masana. Un local de referencia de productos de pesca salada, encurtidos, etcétera. Materia de primera. Hace un tiempo que montaron una degustación de sus productos, una propuesta modesta, pero que tenía el aval del género utilizado. Competía contra otros bares y restaurantes con solera del tejido de mercados de la capital de Catalunya. No quedó bien parada, la verdad. Pero no por carencias, suciedad o similares. Había ofertas más elaboradas y, evidentemente, estrategia. Una combinación que resultó demoledora, no tuvo opción. Ahora bien, el premio del espectador lo tiene. Por singular y por haber sacado el carácter cuando tocaba, pasando de alma cándida a clavar el colmillo.
La forma de expresión de Mònica, sus gestos y valoraciones, su amargura al descubrir críticas, notas bajas y una última posición final... Esto, televisivamente, es mucho más que cualquier espectáculo gastronómico e incluso un toma y daca para arañar medio punto en la votación final. Las caras de Marc Ribas durante las comidas eran de alucinación, pero positiva. Tenía un tesoro allí delante, una rara avis absoluta. Y un pez fuera del agua al mismo tiempo. Enternecedor. Y divertidísimo. Por eso, esta imagen es la que mejor resume el capítulo, que volvió a triunfar a pesar del fútbol o la competencia: un 16,7% y 318.000 espectadores, frente al 16'3 del Barça - Almería. Incluso en los días más flojos, el liderazgo es indiscutible.
La reacción de los espectadores es el mejor termómetro para comprobar el impacto de Mònica. Y hay para hacer una enciclopedia. Algunos le encuentran semejanzas con Isabel Díaz Ayuso, pero claro, esta sería la Ayuso buena. El personaje ha encantado. Firme candidata a una repesca en el futuro. Reina.