La lengua es un tesoro de cada sociedad. Sin ella, casi todo pierde el sentido. Protegerla, cuidarla, y sobre todo, utilizarla, tendría que ser una obligación moral. El poeta vasco Joxean Artze lo expresó con contundencia hace años: "Hizkuntza bat ez da galtzen ez dakitenek ikasten ez dutelako, dakitenek hitz egiten ez dutelako baizik", que quiere decir que una lengua no se pierde porque los que no la conocen no la aprendan, sino porque los que la conocen no la utilizan. Una máxima universal, y muy aplicable al catalán. La primera bastión de defensa debemos ser nosotros mismos. Cada día. En cada acción cotidiana, de forma automática. Es una receta sencilla, pero cada vez más olvidada.

Ahora bien, también hay quien trabaja incansablemente para evitar el desastre y su desaparición. Uno de ellos es Joel Joan, sin duda. El actor, productor y director siempre tiene tiempo para detectar, denunciar e intentar corregir situaciones en las que el idioma propio es despreciado o arrinconado, así como ofrecer la posibilidad de practicarlo a catalanohablantes de todo el mundo: los de aquí, pero también los de allí. ¿Muestras significativas? Ser uno de los escasos "influencers" de las redes que hacen sus publicaciones en catalán, así como la charla que mantuvo con estudiantes de nuestra lengua en América Latina. Un crack.

Joel Joan conversaciones en catalán con estudiantes de América Latina / @joeljoanjuve

Esta tarea impagable de Joel le expone a menudo a decepciones mayúsculas. Como por ejemplo comprobar cómo un local mítico de la Vila de Gràcia se ha perdido por el camino, y ya no es lo que era. Hablamos de un establecimiento muy popular de la Plaça del Sol, escenario de infinitas medianas, picoteos, cócteles, charlas y noches que nunca se sabía cuándo y cómo acabarían. Él ha sido uno de sus clientes, claro, aunque hace tiempo que no lo visitaba. Quizás recordando aquella parte de su vida se ha plantado en la puerta del bar restaurante, pero la cosa ha acabado mal. El sol se ha puesto en su interior, y al catalán se le ha hecho de noche. La carta, en castellano. Primera reacción: "Las bragas por el suelo".

A raíz de esta decepción, alguien le ha hecho llegar un mensaje. 'Hey, no todo está perdido, en la web hay una versión catalana'. Sí, efectivamente. Pero la tienes que escoger a través de un botoncito minúsculo en la parte superior de la pantalla y, lo que es peor, apesta a traductor automático que echa para atrás. Joel propone otra solución: "la quiero de primera opción y que busquen otros. ¿Se ha entendido? Pues chim-pum".

'Sol de Noche' restaurante en castellano / cafesoldenit.es

Uno pizca de luz en la oscuridad: el cartel al exterior del local, donde se apuntan los nombres de la lista de espera para obtener una mesa. En catalán, sí. Mirándolo bien, parece una una metáfora. O un chiste de mal gusto.