Joel Joan vive instalado en una paradoja profesional: es uno de los actores del país con más popularidad, éxito profesional y personalidad y, en cambio, se siente no ya poco querido sino ignorado, excluido de su gremio. Los que mandan en el cine y el teatro en Catalunya no lo llaman para trabajar. Los éxitos se los produce él solo: como las series de TV3, las obras de teatro y la película Scape Room. Su caso revela un secreto a voces: el cine y el teatro en Catalunya funcionan por un sistema de "capillitas". Se contratan actores y actrices por amistad. Y Joel Joan denuncia que eso pervierte el sistema, perjudica al espectador y empobrece el resultado. En una entrevista a El Periódico, Joel Joan ha hecho como siempre: no morderse la lengua, explica qué le pasa y, lo más importante, denuncia por qué le pasa.

Joel Joan TV3

Joel Joan fue uno de los impulsores y la cara visible de la Academia del Cine Catalán, una estructura de Estado que muchos no veían clara, como tampoco los Premios Gaudí. Ahora que se han consolidado, el gremio del cine catalán margina a Joel Joan: "Curiosamente, soy la persona menos deseada en el mundo del cine: como actor, director o guionista. Estoy totalmente al margen de la profesión. No intereso. Los cinco primeros años de la Academia del Cine Catalán fueron muy difíciles: buscar la financiación, una sede, el apoyo de la tele... Y sí que me siento un poco frustrado porque nadie me recuerda. Es duro hablar de eso. Me sabe mal que no piensen en mí. Pero aquí también entran muchos factores de personalidad, de filias y fobias.".

Joel Joan TV3

No le llaman pero por qué. Él mismo se responde: "En nuestra industria cinematográfica finalmente nadie tiene que rendir cuentas con la taquilla, una cosa que encuentro aberrante porque las películas hace falta hacerlas para que la gente las vea. Al no ser importante la taquilla, no hay star-system. Al final haces la película con el que mejor te cae, con los amigos. Incluso cuando los guiones son buenos, la gente trabaja con los amigos. En el teatro paso igual. Es muy fuerte. Pero te lo dice mucha gente, incluso Ángel Llàcer. Como podrás deducir, no debo ir sobrado de amigos porque si no, estaría haciendo más cosas".

Joel Joan TV3

Después explica por qué no tiene amigos en el gremio, por envidia: "No me siento valorado por la profesión. Noto que está mal visto que te vaya bien con una obra de teatro. Parece que gustar al público es sinónimo de comercial, trivial, frívolo o fácil. Es decir, si va bien una obra es porque el espectador es idiota. Me molesta que el éxito te reste autoridad moral o autoral, o profundidad. Que yo sepa nadie quiere un teatro vacío. ¿Qué hay de malo en ganar dinero?". Joel Joan muestra la cara oscura del gremio actoral. En Catalunya, el mundo de la interpretación ha ido tejiendo una red clientelar donde los actores tienen que hacer la pelota a los directores para caerles bien y que los vuelvan a contratar. Funciona por nepotismo, amiguismo, enchufismo de toda la vida. Por eso hay pocos actores mojándose como lo hace Joel Joan: por miedo a perder un papel. Cuesta recordar otro actor o actriz que lo haya revelado de una manera tan cruda como Joel Joan. Lo ha vuelto a hacer: ganarse un montón de enemigos en el gremio por decir lo que piensa.