A medida que pasan los días de confinamiento, nos damos cuenta de los pequeños grandes cambios que experimentamos en nuestras rutinas, nuestro comportamiento y nuestro carácter. Sí, todos (o la gran mayoría) resistimos a esta etapa de aislamiento insospechado con firmeza, convicción y esperanza, pero por las rendijas de la cotidianidad se van filtrando nuevas costumbres que nos sorprenden. Por ejemplo, darte cuenta de que te estás trasnformando poco a poco en aquello que quizás no te imaginabas, o al menos que no esperabas tan temprano, con sólo 45 años: "convertirte" en tu abuelo o abuela. Y mira por dónde que el coronavirus está acelerando esta percepción, como explica el subdirector de RAC1, Jofre Llombart. La primera evidencia, derivada de uno de estos nuevos retos virales que circulan estos días: recordar tiempos pasados, cuando éramos tiernas criaturas, ajenos a pandemias e incluso, a hacernos mayores y envejecer.

Este niño "de 5 o 6 años" adorable y culé era Jofre, sí, feliz con su camiseta y una pelota con la que soñaría, seguro, hartarse de marcar goles en el Camp Nou y emular a sus héroes deportivos. La ternura de la infancia, sin embargo, se ha convertido en manías de yayo gruñón al tener que pasarse horas y horas cerrado a casa. El confinamiento ya lo tiene, eso: acabas por conocer cada palmo de tu hogar, estás pendiente de detalles que antes eran insignificantes y te descubres haciendo cosas que te sorprendían de nuestros abuelos. La confesión es divertidísima, y Llombart lo explica de forma genial: "apago luces por el piso y grito por teléfono". Sus seguidores se tronchan de risa.

Jofre Llombart @jofrellombart

No sufras, Jofre. Todos nos estamos transformando durante estos días. Ahora bien, cuando todo pase, que pasará, ya verás cómo seremos los abuelos más marchosos del mundo. Que se prepare el Imserso. Temblará.