El sub-director de RAC1, Jofre Llombart, nació el 13 diciembre de 1975. Pero él no sólo celebra su cumpleaños aquel día. Cada 12 de enero también sopla las velas. No es que Llombart tenga ganas de que le hagan doble ración de regalos. Mejor dicho, el regalo máximo se lo hicieron a él justo un mes después de nacer. El año pasado, tal día como hoy, quien fue la mano derecha de Jordi Basté durante muchos años escribió un hilo conmovedor en Twitter explicando el por qué de la doble celebración.
Al poco de nacer, se puso muy mal. Nada de lo que comía lo digería y no paraba de vomitar. Después de que algún pediatra se cubriera de gloria y lo atribuyera a un empacho, sus padres encontraron a un ángel de la guarda: el doctor Wennberg.
Una operación sencilla, 20 minutos. Pero un diagnóstico que le salvó la vida antes de que aquel 12 de enero de 1975 le operaran. "Le debo la vida al doctor Wennberg, que desde hace unos años ya no está entre nosotros", decía Llombart con nostalgia ahora hace un año. Este martes vuelve a ser 12 de enero. Vuelve a ser su otro aniversario. Y ha vuelto a ser él quien ha regalado a sus seguidores otro hilo que emociona: "Cuando hoy hace un año publiqué este hilo sobre la operación que me salvó la vida con sólo 28 días de edad, poco me imaginaba que un año después escribiría uno de bien diferente", empieza diciendo. Porque ahora, precisamente, de quién habla es de uno de los nietos del pediatra que le salvó.
Se llama Miquel Feliu Wennberg. Tiene 18 años. Estudia Derecho y Global Governance en Esade y juega a fútbol en el Club d'Aran... Y hace un año le diagnosticaron un sarcoma de Ewing, un cáncer tan raro como fatal: "Él mismo dice que hace más de un año que tendría que estar muerto...", añade Llombart...
De momento, el tratamiento hace que la enfermedad de Miquel ni remita ni avance: "Objetivamente, una putada. Médicamente, un pequeño milagro que todavía plante cara". El nieto del doctor Wennberg se saca dos carreras y juega a fútbol a pesar de lo que tiene. Porque el nieto del doctor Wennberg saca fuerza, optimismo y determinación de debajo de las piedras. Lo pudo constatar Eric Abidal cuando le hizo una sorpresa en el hospital...:
...Y lo pudo constatar Jofre Llombart cuándo lo conoció: "Tiene una fuerza, una fe, una simpatía y una inteligencia a más no poder para un crío de su edad y para alguien que está pasando por esta situación. Es una lección de vida para todo el mundo con quien se encuentra, sea familia, amigos, compañeros o nuevos conocidos, como es mi caso". Cuando lo conoció le preguntó en qué le podía ayudar. La respuesta de Miquel ya demuestra de qué pasta está hecha el chico:
Un hilo maravilloso. Una delicia conocer a alguien como Miquel. Y una promesa que le ha hecho Llombart. A Miquel y a sí mismo: "Pienso hacer caso a Miquel e intentaré vivir feliz. De hecho, hoy vuelve a ser 12 de enero, mi segundo cumpleaños. Segundo cumpleaños que puedo vivir, feliz, gracias al abuelo de Miquel". El doctor Wennberg puede estar orgulloso. Porque aquel enero de 1975 salvó la vida a alguien que vale mucho la pena. Y porque años después, fue abuelo de otra persona igual de excepcional. Hagan caso a Jofre. Hagan caso a Miquel.