Fundador de Aralar, senador por EH Bildu y actual diputado en el Congreso donde su partido estrena grupo parlamentario propio. Jon Inarritu es eso y más, por ejemplo, alguien tan o más activo que Gabriel Rufián en las redes sociales. Por eso, la entrevista de La fábrica de Rufián de esta semana es un must. Una nueva muestra del que es el mejor programa de entrevistas que se puede ver hoy en día.

La fábrica de Rufián

Dos personas que desde Catalunya y el País Vasco son una china en el zapato del unionismo más rancio que se encuentran a menudo en los pasillos del hemiciclo. Después de abordar la postura que puede tomar su partido en la investidura de Pedro Sánchez o del avance de la ultraderecha o de los diputados que lo han sorprendido en el Congreso, han tocado otras cuestiones francamente interesantes.

La fábrica de Rufián

Como la elección que tenido que hacer:"¿Un referéndum en Euskal Herria, por la independenica, o el fin de la monarquía?". Respuesta:  "Yo creo que los podemos celebrar los dos a la vez. Vamos a elegir el referéndum. Los vascos nos merecemos una república vasca. Todas las monarquías son un resto del pasado".  Atiza a los Borbones y a algunos ministros: "Zoido y Marlaska son los menos cualificados como ministros". Y evidentemente, especial atención sobre Catalunya. Donde la palabra "terrorismo" se aplica desde las Españas con mucha ligereza,  "donde la AN intente investigar algunas cosas por terrorismo, o a Tsunami Democrático. ¿El estado utiliza la plantilla que usó en Euskal Herria?", pregunta Rufián. Inarritu lo tiene claro, "aunque aquí es un movimiento pacífico, se intentan usar unos desórdenes públicos, como los que ocurren en cualquier lugar del mundo, criminalizando y estigmatizando a todo el movimiento independentista".

¿Por qué actúa así el Estado? "Porque tiene una incapacidad total para resolver un conflicto territorial o nacional propio cambiando el marco y llevándolo a un conflicto violento, porque ellos saben que en el mundo occidental esto se arregla con diálogo, negociación y urnas. Pero ellos no quieren".  Con una rotunda conclusión: "El círculo acción-represión evita que tengan que resolver en una mesa un conflicto de naturaleza política". ¿Y de Europa, qué espera? Desencantado y "con un chasco" por la reacción después del 1-O, no confía demasiado, pero tiene una esperanza, especialmente con respecto a los presos políticos y al procés: "A mí la esperanza que me cabe es que Europa no son solamente algunas instituciones, sinó que también hay partidos, sociedad civil, ciudadanía que hicieron una crítica a la brutalidad policial". ¿Y respecto de la justicia europea? "Creo que hay cosas que solo se pueden ganar en tribunales e instancias europeos. Si hay victoria será en Europa, pero no todo serán victorias".

La parte final, el habitual test de definir con una palabra algunos nombres. Entre las respuestas, "¿Puigdemont? Valiente, ¿Borrell? Mezquindad, ¿Casado? Reaccionario, ¿Abascal? Torrente, ¿España? Un estado de la Unión Europea o ¿Catalunya? Una nacion amiga". ¿Palabra con la que se ha despedido, y en catalán? "Llibertat".