Jordi Basté y el resto de compañeros de RAC1, pueden estar orgullosos. Su propuesta radiofónica es imparable. Hace años que son la emisora más escuchada de Catalunya con su combinación de rigor, información, entretenimiento, buen humor y una manera muy particular y personal de entender qué es una radio moderna y una propuesta que les ha llevado a estar donde están.
No hay EGM que no abran el cava, con todos sus programas como los más escuchados en Catalunya, y superándose a ellos mismos cada vez que salen los resultados. Los datos que se acaban de saber este martes sobre el último trimestre son para pellizcarse y no creérselo: seis programas, seis, hacen récord histórico de oyentes. Entre estos, el buque insignia de la emisora, El món a RAC1 de Jordi Basté. Al programa matinal lo escucha más gente que nunca, 743mil oyentes cada mañana. Una auténtica barbaridad. En Catalunya, no hay rincón que no sea una referencia informativa. Y no sólo en Catalunya... "Cuando sale bien el examen, hay motivo para celebrarlo. Y a quien no le guste..." como apunta Pere Mas. Sólo le ha faltado añadir "...ajo y agua". Pero cuando el examen sale bien, aparte de celebrarlo, es de justicia sacar pecho y hacer un aviso a navegantes a todos aquellos que se ponen las manos en las orejas o en los ojos, y hacen como que no oyen ni ven.
De un tiempo a esta parte, algunos políticos españoles se empeñan en ponerse de perfil con respecto a Catalunya. Prefieren vivir en su burbuja de palmeros que les ríen las gracias y que saben que irán haciéndoles genuflexiones cuando les inviten a según qué programas de tele o de radio. Políticos que para justificar su discurso, eluden cualquier cosa que huela a Catalunya. Como ir al programa más escuchado de Catalunya. Pero su realidad se desmonta con lo que ha recordado Basté pasadas las 9 de la mañana, en catalán: "Si no lo digo, reviento. Escúchame, esta es la quinta emisora de España, y este es el octavo programa más escuchado de España". Una declaración de intenciones, una carta de presentación, demoledoras. Pero por si alguien no ha entendido qué ha dicho, Basté se ha dirigido en castellano a todos ellos.
"Quién quiera escuchar, que lo sepa. Y no hablo de Antón Losada, que me entiende perfectamente en catalán", decía Basté en referencia a uno de los colaboradores habituales de la tertulia de los martes, el profesor gallego de ciencias políticas. A Basté se le ha entendido perfectamente a quién se dirigía: "Pablo Casado también entiende catalán, y por alguna llamada que hizo hace unos años, Soraya Sáenz de Santamaría, también," dice con ironía. "Es que parece que muchas cosas en la vida, si no pasan por Madrid, no pasan por ningún sitio, ya no de España, sino que me atrevería a decir que de Europa. Lo digo porqué cuando los políticos hablan, o los deportistas, lo pueden hacer en todas partes, y no sólo en Madrid...". Y aquí viene lo mejor, con Basté utilizando al mítico Astérix y aquella frase típica de sus libros ("Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor").
"...Porque hay una Galia, que existe también aquí, que piensa algunas cosas que pueden parecer extraordinariamente raras para una mayoría, seguramente, pero también para una minoría, que es la de Catalunya. Y lo digo también porque sumando las audiencias de las radios que emiten en catalán, estamos hablando de más de un millón y medio de personas. Y es mucha gente". De personas y de oyentes, en definitiva, que también querrían oír a según quién en Catalunya, y no sólo en cadenas donde les bailen el agua. En Basté se le ha entendido todo. Ahora lo que hace falta es saber si en las españas también lo habrán entendido y toman nota. Como mínimo, ya no podrán decir que no vienen porque no entienden el idioma. El periodista, ya en catalán, añade: "Lo explico porque muchas veces cuesta", y hace con sorna: "¿Qué podrían atender a RAC1?... Va, por favor...!.
Todo vuelve. Peor para ellos que no quieran ir a un programa tan escuchado. Pero que tomen nota si algún día son estos políticos los que llaman a la puerta de RAC1 para que les entrevisten y Basté y compañía se ponen a tocar el violín. Lo tendrían bien merecido.