Este miércoles, Madonna ha hecho enloquecer a las 18.000 personas que llenaban el Palau Sant Jordi de Barcelona. La diva del pop, a sus 65 años, parece que esté viviendo una segunda juventud. Por ella no pasan los años, como lo demuestra la espectacular demostración de energía y de tablas encima de un escenario. Es la reina tenga la edad que tenga, un animal escénico descomunal, una artista mayúscula y una de las cantantes más importantes de la historia, como volvió a demostrar en el recinto dónde regaló sus éxitos ante un público enfervorizado.
.@madonna performing "Like A Prayer" at Palau Sant Jordi in #Barcelona #Spain night 01, sold-out
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La reina del Pop #Madonna en #España Dios te bendiga 🙏 ♥️ #madonna #queenofopop #madonnacelebrationtour #celebrationtour pic.twitter.com/OQwiy9eKBr
2022.11.01 - #Madonna performing «Nothing Really Matters » live at Palau Sant Jordi, in Barcelona.#MadonnaFans #TheCelebrationTour #MadonnaCelebrationTour pic.twitter.com/nekHkz4lwZ
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We are gonna party, It's a celebration! 👯♀️ Happy 40 @Madonna 🎂👑❤️#MadonnaCelebrationTour #Barcelona @LiveNationES pic.twitter.com/WAHX3xidm6
— Palau Sant Jordi (@PalauSantJordi) November 1, 2023
Icono absoluto, el show brutal de Madonna en Barcelona y en el resto del mundo se puede resumir también en cifras, como las que ha desglosado La Vanguardia al respecto. Atención a los números, porque son de traca: 78 conciertos en 15 países diferentes, 24 artistas que la acompañan, 409 metros cuadrados de escenario, 70 metros de pasarelas con 14 focos y 600 luces inteligentes, 80 toneladas de equipos de producción, 334 metros de pantallas, la mayor cantidad de vídeos proyectados en sus conciertos, 17 vestidos diferentes de grandes firmas de moda, 200 personas que la acompañan en la gira, 25 de ellas dedicadas solo a los vestuarios, 45 baúles de ropa... Brutal. Todo eso es lo que pudieron ver los 18.000 asistentes al conciertos de esta pasada noche en Barcelona. Entre ellos, Jordi Basté.
El locutor de RAC1 fue al Palau Sant Jordi. Pero una vez allí, hizo una cosa sorprendente, tal como él mismo lo ha confesado de buena mañana a sus oyentes de El món a RAC1. El bueno de Jordi, por evidentes motivos laborales, se levanta a las 4 de la mañana, a menudo tiene que renunciar a actos, acontecimientos, actividades o festorros de noche, ya que sería del todo imposible poder compatibilizarlo con la hora que le suena el despertador. Lejos de fiestas, de poder ir al Camp Nou o de actos nocturnos, Basté a menudo se tiene que aguantar las ganas y quedarse tranquilito en casa, portarse bien e ir a dormir temprano. Este miércoles, sin embargo, decidió ir a ver a la reina del pop.
"Esta noche Madonna ha repasado los 40 años de carrera en un, dicen, memorable concierto en el Sant Jordi". Fíjense en este dicen. Y es que no deja de ser curioso que haya utilizado esta forma verbal teniendo en cuenta que él también estaba. ¿Qué ha pasado, pues? Que "ha empezado casi con una hora y media de retraso sobre el horario previsto". Problemas de accesos al Palau y nadie diciendo ni mú. Basté se ha perdido el concierto donde Madonna ha cantado sus éxitos como Like a prayer o La isla bonita. El espectáculo estaba previsto a las 20.30, a las ocho y media de la noche, pero ni de coña ha empezado cuando tocaba. Y él muestra un "detalle de mi compra, la entrada, ¿a qué hora ponía? Las ocho y media. Lo digo porque he hecho una cosa muy mal hecha y ya digo públicamente que me arrepiento". ¿Cuál?
"Me arrepiento porque hay veces que te tienes que tragar la dignidad... Yo, al cabo de una hora, me marché". Como lo oyen. Se largó del concierto, a pesar de tener entrada. "Primero, porque me levanto temprano, y segundo, porque si me dicen a las ocho y media... Cuando yo vi el horario, dije: 'Pues mira, puedo ir'. Le daba media hora de retraso. Nueve y dos once, a las once a dormir, dormiré menos, pero bueno... Hostia, pero eran las nueve y media, una hora allí esperando y ves que no sale...". Y se marchó. Es cierto que "a mí Madonna me interesa musicalmente hablando menos que al 99,9% de gente que había allí, no pasa nada, porque ya la había visto, pero sí que me hacía gracia casi despedirme. No creo que con 65 años haga muchas giras más. Pero yo, una hora no la espero, y menos, sin ningún tipo de información. Hubiera agradecido que alguien me dijera si aquella señora se estaba zampando coca de chicharrones en el camerino o se está bebiendo el agua de los floreros". Lo entendemos perfectamente. ¿Una hora de retraso? Ni por Madonna ni por nadie.
¿Lo mejor? El final, cómo ha rematado el tema Basté: "Hoy, segundo concierto... Los que vayan, pueden ir una hora y media tarde, que no pasa nada". Seguro que entre estos no estará él.