Ha llegado el día: 20 de noviembre de 2023, Shakira sentada en el banquillo de los acusados en la ciudad que más detesta, Barcelona, acusada de defraudar a Hacienda durante los años que vivió en la ciudad pero ella dice que no vivía en la ciudad. Al final ha pactado y no habrá juicio, acepta la culpa y paga la multa. Había 117 testigos previstos entre peluqueras, profesores de zumba y vecinos de la calle Muntaner con Plaza Adrià, donde vivía en el piso de soltero de Piqué, para acreditar si residía o no la mayoría del año en Catalunya. La versión de la colombiana es inverosímil: sostiene que Milan, su primogénito, nació en la Teknon pero ella no se instaló a vivir en Barcelona hasta 2 años después, cuando el niño tuvo que escolarizarse. Lo más probable ha sucedido: Shakira en el banquillo, pacta, paga y se larga para siempre.
Shakira se ha instalado en su mansión de Esplugues, que aunque está en venta todavía nadie la ha comprado, y allí ha vuelto a darle la lata a su ex haciéndolo esperar en la calle para devolverle a los dos niños y que pasen unas horas con su padre y los abuelos paternos. Esta mañana del lunes antes de ir a la Audiencia de Barcelona a ser juzgada ha abierto el diario La Vanguardia y se ha tropezado con un artículo de un periodista muy próximo a Gerard Piqué, Jordi Basté, que explica lo que no puede explicar Piqué. Basté reprocha a Shakira cómo utiliza a los hijos de mala manera: "Un año y medio después de la separación, Shakira sigue haciendo rodar la manivela del desamor, utilizando a sus hijos como jokers. En los Grammy vestidos de blanco apocalipsis, aparecieron los dos niños cantando en el videowall en primer plano y bailando de madrugada en la primera fila en la espectacular actuación de su madre." Eso de espectacular actuación va por su faceta de cantante y de mujer afectada por despecho.
Basté sigue: "De la ruptura solo sabemos un 10%, asegura Gerard Piqué. Y este porcentaje tan nimio lo debemos a Shakira, que nos ha narrado su versión, que se ha dado por buena en tres canciones. Sabemos una parte, no la otra, que está callada protegiendo el valor más preciado de cualquier relación rota: los hijos (algún día quizás se elevarán a públicas algunas historias de ella)". Basté sabe cosas, sabe parte de la versión de Piqué y sabe qué esconde Shakira en sus canciones y que algún día se podrá explicar: cómo se comportaba la colombiana en casa, con los suegros, el servicio, la gente o con Piqué. No hay que ser muy imaginativo para imaginarse a la diva encerrada entre 4 paredes de Esplugues. Insoportable. Basté ya advirtió que todo es "justo al revés de cómo Shakira lo ha explicado". ¿Al final la infiel habrá sido ella?
Basté sabe de qué habla, hace 10 años se divorció a su mujer y madre de sus dos hijas, Georgia y la pequeña que todavía es menor de edad. "Cuando me separé, Sergi Pàmies me dio el mejor de los consejos: busca un piso cerca de tus hijas. Lo pacté con mi ex y desde entonces la distancia no es el olvido, sino fomentar la tribu. Fracasamos como pareja, pero las criaturas no tienen que pagar los errores". Shakira ya tiene la primera condena y no es por fraude fiscal. Es por haberlo hecho tan mal con sus dos hijos.