Jordi Basté ha acabado semana a lo grande. Su editorial de este viernes es más imprescindible que nunca. Y no se ha callado nada. El director de El món a RAC1 se ha hecho eco de la noticia de hace dos días del Tribunal General de la Unión Europea que suspendió el levantamiento de la inmunidad de los eurodiputados Carles Puigdemont, Toni Comín y Clara Ponsatí. Los tres presentaron un recurso contra la decisión del Parlamento europeo por el levantamiento de su protección parlamentaria y el Tribunal concedió las medidas cautelares que pedían hasta que se resuelva el recurso.
¿La consecuencia de todo? Que de momento no se pueden reactivar las euroórdenes del Supremo. ¿Y qué quiere decir todo esto? "Que POR LEY europea, los tres pueden pasear libremente por todos los países de la Unión Europea. ¿Todos? Sí, todos. España también.También, también", dice Basté en el editorial de hoy. Y sigue: "De la misma manera que podrían ser retenidos cuando atravesaran la frontera, tendrían que dejarlos en libertad después de declarar porque tienen inmunidad europarlamentaria". Pero el periodista, como todos, alucina de que "aunque Europa estruja sistemáticamente todas las decisiones de los tribunales españoles, es lógico creer que en España, la salida existiría..., pero en furgoneta y hacia la prisión, hasta el juicio, que podría tardar".
Basté se sulfura con el argumento histórico que se aplica al independentismo y al no independentismo, "la ley, la ley, la ley... no se aplica en el orden inverso. es decir, no pueden volver porque probablemente la justicia española se saltaría a la europea, que es la suprema". Como dice en su delantal, "Europa no está de acuerdo en las maneras de proceder del independentismo, pero también está tumbando sistemáticamente, resolución tras resolución, todas las decisiones que toman los tribunales españoles". Eso tendría que hacer pensar que alguna cosa falla. Pero a los poderes del estado español y a su justicia, eso de hacer pensar, igual que la vergüenza, parece que lo olvidaron hace tiempo y quedó enterrado bajo tierra.
Basté concluye con la frase más demoledora de la mañana: "A ver si los indultos no son sólo una medida de gracia... y son frenar el ridículo desde el gobierno de España que la justicia suprema española está haciendo en Europa". Ojalá nos equivoquemos, pero nos parece que la capacidad de hacer el ridículo de la justicia española es inacabable.