A Pedro Sánchez y su equipo de expertos hoy le silbarán los oídos. Se lo ha ganado. La rueda de prensa en la que anunció el plan de fases de desescalada de las medidas contra el coronavirus es una antología del disparate. No sólo eso: también es el ejemplo más descarado del espíritu centralista español y madrileño. Se creen el ombligo del mundo, y sin ellos no hay vida. Ni de la inteligente, ni de las amebas. Un estado que camina hacia la "nueva normalidad" separado en provincias, una barrera inverosímil y anacrónica por la que no pasa el virus. Bien, sólo en su cerebro, que demuestra una ignorancia y una ridiculez espeluznante, como ha demostrado, por ejemplo, un conocido reportero de TV3. Pero hay más voces horrorizadas con Sánchez.
Y una que ha sonado alta, clara y contundente es la de Jordi Basté, que ha aniquilado al Presidente. Su capacidad de comunicación, por los suelos: "lo mejor de la comparecencia, la corbata roja llamativa. No el que la llevaba. Mucha voz solemne, pero no sabe comunicar". El locutor de El Món a RAC1 le ve el plumero al ejecutivo: "las grandes decisiones siempre se han tomado en domingo, menos la siguiente (la de hacer deporte y pasear), que será el sábado 2 de mayo. ¿Por qué? Porque es fiesta en Madrid. España, capital Madrid. La recentralización da miedo y hace daño". El repaso es colosal: "hablan de provincias, que recuerda los orificios de los buzones de correos: "provincias y extranjero". Han convertido las comunidades autónomas en diputaciones, y Catalunya y Euskadi en dos palos repetidores de Radio Nacional de España. Transfirieron la Sanidad para vender aspirinas y hacer recortes, pero cuando nos hacemos mayores se comportan como jacobinos: caca de la vaca". Los territorios son un arma arrojadiza de Moncloa contra Torra: "Hace 2 años y medio Catalunya declaró la independencia un rato. Después fue una nación sin estado, y más tarde el debate era sobre si somos o no una nación. Hoy nos dicen que somos una comunidad autónoma que funcionaremos por provincias, y en unas semanas acabaremos siendo una "bonita región con bailes y folclore".
"Sánchez quiere la pelota sólo para él", y se hace ayudar por los "palmeros de Podemos". El riesgo de estrellarnos está muy cerca, pero da igual. "Pongamos que hablo de Madrid", y punto.