El Nexes de este miércoles ha sido una delicia de programa. El tema daba mucho juego, QUERER y todas sus vertientes. Bajo el paraguas de este verbo, Jordi Basté y Mònica Terribas se han rodeado de numerosos testimonios en la colmena que han emocionado con sus confesiones relacionadas con el amor. Ha habido, sin embargo, momentos que han golpeado, no sólo por la falta de amor, sino por los maltratos sufridos por una mujer y por los que reconoció en público un hombre. La tónica habitual del programa, sin embargo, han sido las historias románticas, algunas sorprendentes, como la de un simpatizante de Junts y una de Vox, que continúan enamorados, a pesar de lo que les pasó el 1 de octubre.
Los dos presentadores también han preguntado al público presente en plató por el amor que sienten, no por personas, sino por objetos. Aquellas reliquias u objetos con una fuerte y significativa carga emocional de los que no puedes desprenderte de ninguna de las maneras, porque sólo verlos, te vienen a la cabeza recuerdos entrañables de los mejores momentos de tu vida. "Queremos cosas porque nos recuerdan a personas y momentos o simplemente porque somos materialistas. Al fin y al cabo, somos capaces de querer objetos inanimados y, realmente, es un hecho muy llamativo. En tu caso, ¿qué hay por casa que amas y no querrías perder por nada del mundo ni nadie? ¿Hay algún objeto que quieras irracionalmente"?, preguntaban. Así, nos hemos encontrado con un muñeco de Mickey Mouse o un libro de poesías de una chica que le evoca cuando se tenía que refugiar en la biblioteca de la escuela porque sufría bullying.
También, como acostumbra a ser habitual, los mismos presentadores se han mojado y han hablado de ellos mismos. En este caso, Basté ha revelado cuál es aquella reliquia especial para él, de la que no se separaría ni por todo el oro del mundo. Tal como el mismo programa pregonaba, "no puede dormir sin ella, su mejor compañía". ¿De qué se trata? Ni más ni menos que de una pequeña radio, un pequeño transistor que siempre, siempre, siempre, se pone a escuchar cuándo se va a dormir, siempre al lado de la oreja, bajo la almohada, y que alguna vez se ha quedado encendido mientras él ya dormía, tal como ha explicado en otras ocasiones.
A menudo, la mejor compañía... Según a quién se escuche, sin embargo, puede hacer que te desveles de la mala leche.