Este miércoles, antes de la ceremonia de entrega de los Premios Ondas, Jordi Basté, que ha ganado uno al mejor programa radiofónico por El món a RAC1, ha entrevistado a Andreu Buenafuente, que ha ganado otro al mejor presentador de tele. El de Reus, maravilloso, habló de su retorno, breve, pero retorno, al fin y al cabo, en TV3: "Vuelvo a casa por Navidad. Propuse a TV3 hacer un monólogo estas fiestas, ya lo hice hace muchos años, y creo que es un buen momento para hacer un resumen de la época. Noto que hay un rollo chulo con la gente. Me siento muy querido y con mucho apoyo aquí. Y creo que es una ceremonia bonita para volver a hacer televisión en catalán, sin ningún tipo de censura, y explicar lo que pasa, que vaya tela". Buenafuente hablaba de la lengua catalana, y en catalán y castellano se ha hablado este miércoles por la noche cuando algún célebre premiado recogía su galardón. El mismo Buenafuente, recordando con ironía cuándo fue a hacer programas en Madrid dice que "Surgieron en Catalunya unos malos entendidos, unos conceptos, ocho segundos, hostias como panes... y yo en Madrid".
El Gran Teatro del Liceo de Barcelona ha acogido la ceremonia de la 69.ª edición de los Premios Ondas, que este año han superado el récord de participación con 559 candidaturas procedentes de 15 países de todo el mundo. Una gala donde Carles Francino también ha utilizado las dos lenguas, cuando al recoger su galardón ha empezado los agradecimientos emocionados en catalán: "Muchísimas gracias. Estoy muy emocionado. Hace mucho tiempo que decidí...", para pasar después a continuar en castellano. Después ha reprendido el catalán cuando ha dicho que "Aquí en Catalunya sabemos muy bien los últimos años los peligros que supone convertir un debate legítimo sobre ideas legítimas en la negación del adversario político. Ese modelo no funciona ni para Catalunya ni para el conjunto de España. Tener a medio país, encabronado con el otro medio y trabajar para que eso sea así, es un nefasto proyecto de futuro".
El mensaje más sensacional de la noche lo ha hecho el gran Jordi Basté. Justo cuando sube al escenario acompañado de su equipo, dice: "Lo único que me interesa hoy aquí, y permitidme que hable en catalán, entre otras cosas, porque la radio es fácil de entender porque es un lenguaje universal. Por todas las radios de aquí, de allí y de más allá, todos ellos, guionistas, productores, técnicos, radiofonistas, directores de programa... todos ellos son los grandes protagonistas. Sin ellos no estaríamos aquí. La radio, siempre la radio y viva la radio. Gracias". Faltaba, sin embargo, la guinda del pastel, el toque final a su discurso emocionante e impecable, hablando de la lengua. Hablando de las lenguas. Después de los aplausos, vuelve a coger el micro y se dirige a todo el mundo diciendo que "Seré muy breve, muy breve, que nadie os engañe, que nadie os engañe: aquí no tenemos, como ha quedado demostrado esta noche, ningún problema con las lenguas. Al contrario".
Descomunal. Claro y catalán. O claro y castellano. Porque como él dice, por mucho que algunos catalanófobos se lo crean, aquí, cómo dice Basté, no tenemos ningún problema.