La política de pactos postelectorales en el Ayuntamiento de Barcelona se ha puesto "muy interesante", según Jordi Basté, que ha dedicado su espacio de opinión a analizar cómo queda la subasta de concejales que determinará el color final del gobierno de la capital. Subasta, sí, después de la filtración de las maniobras dirigidas a dejar a Ernest Maragall sin alcaldía, con un pacto Ada Colau, Jaume Collboni y 3 de los 6 concejales de Manuel Valls. Una trama "interesante" para Basté, pero por su capacidad de entretenimiento, y no tanto por su viabilidad. Una "comedia", vaya, que sí bien el conductor de El Món a Rac1 no descarta del todo, sí que encuentra inverosímil, especialmente por la posición de la actual alcaldesa respecto del representante de la marca blanca de Cs.
Y es que "Barcelona es poderosa", como dice la canción. Un poder capaz de articular los planes más maquiavélicos para conseguir sus objetivos, imaginando pactos que atentan contra la lógica más elemental, si es que queda. Un pacto "Frankestein", que ronda los cerebros, pero sobre todo las vísceras unionistas. El monstruo, sin embargo, todavía no ha asustado a Basté, que parece decir eso de "si no lo veo no lo creo". A estas alturas, la criatura le recuerda a la genial película de Mel Brooks con Gene Wilder como protagonista, Young Frankestein, una alocada comedia musical que garantiza mucho humor y muy poco miedo.
Veremos si la comedia no acaba convirtiéndose en una verdadera obra de terror, y si el divertido monstruo no se transforma en un espeluznante ser con las caras de Valls, Collboni y Colau, cambiando las carcajadas de Basté por una horrorosa mueca de espanto. Hará falta, según el conductor radiofónico, "mucha política y menos comedia". No ha hablado de decencia, pero si se acaba consumando la jugada unionista, más de uno la echaremos de menos.