Jordi Basté ya lo avisó hace unos días en su artículo semanal de La Vanguardia: "siento el orgullo de quedarme en casa la verbena de Sant Joan y la felicidad de sentirme especial". El director de El món a RAC1 ya anunció que esta verbena de San Juan se quedaba en casa por una buena causa, una de las mejores: estar al lado de alguien a quien quiere "más que al 95% de la humanidad". ¿Quién? Su perra.
El animal, como todos los perros, detesta la noche más corta del año. No parar de oír petardos estallando y ruido ensordecedor es demasiado para ella y lo pasa fatal. La costumbre inexplicable de muchos catalanes de hacer estallar cosas para hacer ruido, que algún día se tendría que acabar, como reclamó Jair Domínguez, hace que la perra de Basté tenga que ser sedada para no ponerse de los nervios. Y el periodista catalán ya hace tiempo que decidió que la noche del 23 al 24 de junio, él pasaba de fiestas y cenas hasta las tantas: """desde hace algunas verbenas he decidido quedarme a solas con mi perra para intentar devolverle el cariño de los últimos años. Homenajear a la mejor compañía en la peor noche de sus vidas. Seré su refugio durante una madrugada como ella lo es el mío durante la mayoría de ellas".
Una pastillita para la perra y una cena sin nadie más para él. Basté ha cumplido la promesa, sólo faltaría, y mientras la perra estaba tranquila a su lado, él tenía un plan inmejorable para pasar la verbena. Desconocemos si tuvo coca de piñones o no, si brindó a solas o no y si tuvo una cena frugal o pantagruélica. Pero lo que sí sabemos, porque él mismo ha informado en redes, es que la música que sonó en casa de Basté no fue ni Paquito el chocolatero, ni Saturday night, ni el Ritmo de la noche, ni ninguna cosa parecida de fiesta mayor. Lo que ha sonado en casa Basté esta noche ha sido, por ejemplo esto:
O esto:
O esto:
O la maravillosa Hungry Heart de Bruce Springsteen:
La banda sonora IMPRESCINDIBLE de una película no menos imprescindible. La maravillosa Los amigos de Peter, de Kenneth Brannagh, con un elenco de actores británicos en estado de gracia: el mismo Brannagh, Emma Thompson, Hugh Laurie o Imelda Staunton. El reencuentro auspiciado por Stephen Fry donde un grupo de amigos se dicen las verdades en la cara, lloran, ríen, se enfadan y se emocionan cuando el anfitrión les comunica una noticia sobre su salud. Una deliciosa comedia que ya tiene 30 años y que hay que volver a ver de vez en cuando:
No se nos ocurre mejor plan que el que hizo Jordi Basté:
Cenita, peliculita y a dormir temprano, aunque hoy tenía fiesta y presenta el programa Joan Lluís Garcia. Pasaban unos minutos de medianoche cuando Basté se acostó, tal como le ha revelado a Quim Monzó esta mañana en una conversación en redes:
Peter tenía muchos y buenos amigos. Igual que Basté. Pero ninguno como su perra. Por ella, lo que sea.