Toni Soler tiene un artículo dominical en un diario, una tertulia semanal en RAC1, que abandona, y un programa en TV3 para decir lo que quiere. Pero para no ser acusado de apropiarse del micro, es libre en su twitter. La última entrevista de Inés Arrimadas en RNE lo irritó por este comentario de la persona más votada en Catalunya con posiciones de ultraderecha apostando por suprimir la autonomía catalana sine die:

Roberto Lázaro

Comparar dos Comunidades autónomas no gusta el unionismo que se lo toma como "supremacismo". La palabra iba de baja pero la han recuperado dos tertulianos habituales de TV y radios: Jordi Cañas y Gonzalo Bernardos. Primero dispara Cañas con el argumento de la violencia en los Balcanes que sólo ve en Catalunya el juez Llarena. En pleno ridículo internacional por la no rebelión es penoso recurrir a esto:

RL

El periodista de TV3 ha respondido a la cheerleader naranja con pereza. Quizás por eso Soler deja las tertulias, por  la inmensa pereza argumental de personas como el exdiputado dimitido de Ciutadans:

Entonces entra al trapo Gonzalo Bernardos, que algunos ubican cerca del PSC pero parece tan naranja como Albert Rivera:

Lo que es implícito es que Bernardos no soporta el éxito de Soler que lidera cada día la audiencia emitiendo opiniones como la que Bernardos considera "supremacista". Insultar a Toni Soler afirmando que cree que pertenece a una etnia superior describe a Bernardos, no a Soler. Y el periodista responde con una franqueza que Bernardos desconoce:

ACN

Cañas y Bernardos retuiteándose el uno al otro, solapando la guerra contra Soler y compartiendo tertulia, en 8tv o en RNE. Se entiende que el director de Està passant huya. Incluso la derecha madrileña recomienda su revista El Món d'ahir mientras el unionismo catalán le detesta, eso sí, llamándole "supremacista simpatico y afable". Pereza.