La ola del 10-N se ha llevado a unos cuantos políticos agresivos de Ciudadanos: Albert Rivera, Juan Carlos Girauta o Marcos de Quinto. Pero quedan diputados de anteriores elecciones que se agarran al escaño con uñas y dientes. Uno de ellos es Jordi Cañas. El eurodiputado catalán no tuvo la dignidad de Javier Nart de abandonar el partido naranja. Sigue en Europa con la misma estrategia agresiva que ha hundido al partido. Ahora ataca el eslabón más vulnerable del independentismo, las personas mayores. Personas de la tercera edad que se manifestaban a las puertas del TSJC contra el juicio al presidente Torra.
En un momento de la larga espera en la sede del tribunal, para curarse del frío, los concentrados se han movido al mismo tiempo y alguien les ha grabado, para mofa, befa y escarnio de su señoría Cañas, que ha hecho un tuit miserable, adjuntando un vídeo:
Cañas insulta a los concentrados que según el político "Adoran a un bolardo", un pilón de los que impiden el paso a los coches. Como el flautista de Hamelin, Cañas toca la flauta y las ratas lo siguen:
Decir de los manifestantes "nazis, secta, abuelos con problemas de espalda, jubilados patéticos, desquiciados ridículos" es la consecuencia que Cañas los señale. Cuando el mismo Cañas pierda el escaño de Ciudadanos como todos sus compañeros, quizás valdrán los mismos calificativos: "nazis, secta, abuelos cono problemas de espalda, jubilados patéticos, desquiciados ridículos".