Masterchef tiene su edición especial navideña. Hasta 4 programas se han sacado de la manga para continuar en antena durante estas fechas e intentar levantar, o como mínimo, mantener, sus pobres datos habituales de audiencia. Todos salen ganando menos los espectadores. Una enorme cantidad de los que miraban el talent con regularidad se marchó justo el día que invitaban a Isabel Díaz Ayuso. Más o menos, la mitad, un fracaso. ¿Casualidad? La presidenta madrileña del PP ha empezado la campaña de forma encubierta pero triunfal: apareció también al Got Talent de Risto Mejide haciendo un paripé. Tampoco los resultados de Telecinco subieron por su aparición, metida con calzador, palanca o pico y pala. Vaya negocio para ambas cadenas.
Bien, quizás el negocio es otro. El poder de Ayuso en Madrid es total, aunque su forma de actuar sea tan particular que pueda hacer que todo salte por los aires en el momento más inesperado. Pero vaya, que manda mucho. Y eso es goloso, puede traer buenas noticias en el futuro. Buen rollo. Además, recuerden que es un gran ídolo de la derecha españolista, de la suave, la dura, la muy dura y los que, sencillamente, se han subido a su carro por... por.. bien, por aquello que atrae al que es la gran figura del programa de TVE: el catalán Jordi Cruz. Catalán y Ayuso, sí. In love. Lo explicó él mismo hace tiempo en diferentes entrevistas, incluso llegando a ironizar con "me casaría con ella". Casarse como tal no, Rebecca Lima no tiene que temer. Su amor es de otro tipo.
El guapo Jordi Cruz a salvar la audiencia de Masterchef luciendo los colores de España
La cita televisiva de los dos amigos no salió bien, TVE lo sufrió y ahora pone todas las esperanzas en la remontada. La 1 se pone futbolera con Masterchef utilizando a la selección española. Un momento complicado, el de ponerte a hacer publicidad de La Roja cuando el mundial ha acabado como ha acabado, hay nuevo y abismalmente diferente seleccionador al gran Luis Enrique y todo el mundo está saturado del temita. Pero la planificación no ha sido tenida en cuenta para continuar el recorrido por los símbolos de la España conservadora y exaltadilla, como cuándo meten 7 a 0 en Costa Rica y después ven como Japón o Marruecos los envían a casa. Con el mismo espíritu todos ellos. Pues bien, a falta de cracks futbolísticoshan optado por la explotación de su gran carta: apostar por el gran galán Jordi Cruz. Su pelo alborotado, la mirada picarona, la media sonrisa, ains... es guapo y telegénico. Ahora bien, si te gusta o no, eso... eso incluye muchas más cosas. Faltaba, sin embargo, la guinda: ponerlo bien español. Con la camiseta. Fuego.
El adelanto del capítulo también nos enseña su faceta menos favorecedora
El incendio, afortunadamente, queda totalmente extinguido con la aparición del momento bombero: ver a Cruz con el uniforme español jugando a fútbol. O bueno, lo que nos ha enseñado no puede ser considerado como tal: hace el indio, celebrando un gol. Entre que la resolución de los móviles y los ordenadores no es siempre la mejor, y que no para de agitarse, el resultado no es nada favorecedor. La libido por el suelo. Como si tienes a Torrente delante. Eso sí, siempre con España en el corazón para acabar el año... y subir la audiencia. Po'fale.
Acabaremos el año con estas imágenes en la retina, afortunada o desgraciadamente. El lunes el resto del show. Si quieren, claro.