Telecinco y Cuatro saben dar su audiencia lo que quieren. Y 'La Isla de las Tentaciones' es el mejor ejemplo. El reality caribeño de seducción a go-go presentado por Mónica Naranjo es el fenómeno televisivo en Mediaset. Es tan fuerte, tan burdo y tan falso que no hay forma de desenganchar a los espectadores. Hay quien se cree las tramas de amor, desamor, cortejo, cuernos y salseo. Lo hacen porque quieren creérselo, o porque son demasiado inocentes. En todo caso, devoran los contenidos del show. No sólo eso: la batida para hurgar en la vida íntima de los personajes que allí aparecen es brutal. Y ofrece anécdotas muy curiosas. Sobre todo porque buena parte del elenco tiene pasado televisivo y 'farandulero'.
Un ejemplo: la venezolana Andreina Véliz. Dice que tiene pasado como presentadora, periodista, etcétera, sobre todo en su tierra natal. Al llegar a España se tuvo que reinventar para hacerse un hueco en el mundo del 'colorín'. Y lo hizo por la vía más directa: posando desnuda en la extinta revista 'Interviú': "He salido de Venezuela para respirar aire fresco", decía. Del aire fresco español pasó al aroma a 'fritanga' como concursante efímera de 'Masterchef 4'. Sus habilidades culinarias no impresionaron al jurado, pero sí su físico y la portada de la revista. El chef catalán Jordi Cruz sacó el móvil y la buscó en la red. Y su cara lo decía todo: "Deja de cocinar, que tienes muchas maneras. Dale un delantal" Pepe Rodríguez: "Qué calor hace aquí". Mientras tanto, Samantha rebajaba los sofocos masculinos: "La juzgaré por su cocina".
No entré en #MasterChef, pero la pasé muy bien intentándolo, a pesar de q me pusieron un mango verde :(
— Andreina Véliz (@andreinaveliz) 7 de abril de 2016
Puedes ver el programa aquí:
Andreina no triunfó con su pescado al estilo caribeño, y se quedó a las puertas del concurso. Pero ya había dejado huella. En "La isla de las tentaciones" no la hemos visto en la cocina, claro. Allí sólo se dedica a avivar su "fuego latino". El público y algún concursante "se están poniendo las botas". Cruz y Rodríguez, sin embargo, se quedaron con la miel en los labios.