Anna Grau se está ganando a pulso que cada vez que abra la boca, la gente piense de ella que está como un cencerro. O eso o, lo que es más peligroso, que se siente muy cómoda mintiendo sobre Catalunya y soltando sandeces que lo único que hacen es que los cuatro gatos (literalmente) que todavía quedan en Ciudadanos le rían las gracias y le den palmaditas en la espalda.

Que el partido naranja es una broma de mal gusto dando coletazos, que vive de la crispación y la falsedad, lo sabe todo el mundo. Pero el papel que se ha autoadjudicado Grau dentro del esperpento en el cual viven es preocupante. ¿La última? Vomitar una barbaridad públicamente ante una Gemma Nierga que alucinaba.

Anna Grau / @annaxgrau

La diputada de Cs visitó el Cafè d'idees de su vieja amiga y excompañera en TV3 (en el programa Ditifet), y allí soltó una abyecta afirmación, comparando la Generalitat actual y la dictadura franquista sobre el catalán: "Hay un paralelismo entre la política lingüística del franquismo y la actual de la Generalitat...". Nierga alucina y para los pies a Grau con una frase lapidaria: "El catalán durante el franquismo se prohibió". Grau balbucea "Eh, mmm, aah, más que prohibir...". Nierga muy tajante: "No. Más que prohibir, no. Se prohibió". Y Grau tocando el violín hablando de su abuela:

Hay dos Historias: la real, la que ocurrió de verdad, y la que explican personajes como Grau, Arrimadas, Carrizosa y la derecha más ultra de la España reaccionaria. Especialmente, la Historia de lo que ha pasado en Catalunya. Grau reinterpretando lo que hizo el dictador asesino sobre nuestra lengua, negando que se prohibiera. "El franquismo más que prohibir el catalán, lo hacía en algunos ámbitos". De traca.

Una más de las difamaciones a las que nos tienen acostumbrados. "Ahora pasa lo mismo, pero al revés, se da mucha fuerza al catalán en detrimento del castellano y no es una realidad. Además, ahora se hace con un plus de mala sombra. Franco no consiguió cargarse el catalán y este Govern tampoco lo hará con el castellano".

Anna Grau / @annaxgrau

Después de oírla, a Grau le han dedicado sopapos con la mano abierta por tierra, mar y aire. También en redes. Numerosos testimonios de gente indignada recordándole que cuando el dictador mandaba, el catalán le provocaba úlceras y hacía todo lo posible por aniquilarlo.

Una de las respuestas más demoledoras ha sido la del periodista y presentador de TV3 Jordi Eroles. Lo ha hecho al ver qué le había dicho antes el abogado, periodista y escritor catalán Jordi Cabré. Cabré ha puesto como ejemplo su propia experiencia, con un documento rotundo que acreditaba que lo que dice Grau es falso.

Un documento del registro civil donde le traducían su nombre, Jordi, por su versión en castellano. Como dice él, "'Sólo' se me prohibió llamarme como me llamo". Jordi Eroles, homónimo suyo, recoge el guante y también dice la suya. Y en su caso, la suya también tiene que ver con la obligación de cambiar el nombre por la versión castellana.

Revela el periodista de TV3 que "cuando nací el 20 de enero de 1969, mis padres se vieron obligados a poner Jorge en el registro. Cuando fue 'legal', lo primero q hizo mi padre fue cambiarme el nombre y escribir el q siempre he sido, JORDI", remarcándolo con unas explícitas mayúsculas.

Y por si a Grau no le ha quedado lo bastante claro, le dedicamos lo que el mismo Cabré recupera en redes, un momento MARAVILLOSO de Johan Cruyff con Joaquim Mª Puyal en el inolvidable Un tomb per la vida, explicándole cómo fue cuándo fue al registro civil a registrar el nombre de su hijo Jordi:

Parece mentira que hoy, en pleno año 2022, todavía tengamos que escuchar sandeces peligrosas como las de Anna Grau. 

Pero ya que ella ha sacado el tema, la respuesta es bien sencilla: el franquismo está más vivo que nunca en las españas.