Para Jordi Eroles, hay dos cosas que son el motor de su vida: su familia y su país. El periodista de TV3, presentador de programas como Els matins d'estiu, 32 años trabajando en la casa, ahora en el Tot es mou, se define a sí mismo en su timeline en X como "Vilanoví-ribetà, padre d 3, casado con Esther. Bruce y correr x la montaña". Fan de Bruce Springsteen y la E-Street Band, les ha ido a ver decenas de veces y tiene como foto fijada uno de los momentos más especiales de su vida, cuándo conoció al gran Steven Van Zandt.
Tanto como ir de conciertos a Jordi le gusta pasear y correr por nuestro precioso país y nuestra preciosa lengua, que defiende siempre y en todas partes. Especialmente, por la zona de donde es él. Siempre que puede, se pone las zapatillas deportivas y hacia la montaña falta tiempo, yendo arriba y abajo por diferentes caminos y llenándose los cinco sentidos con algunos paisajes sensacionales de nuestra tierra, especialmente Ribes, de la cual está enamorado.
En Ribes, sin embargo, no solo encuentra la paz y la calma para desconectar haciendo ejercicio y corriendo casi cada día. También encuentra momentos de relax, de cargar pilas con una buena manduca y un buen vino de casa, y muy cerca tiene lo que según él es el lugar ideal para "hacer país en el mejor restaurante de Ribes". ¿Cuál? 'La Nova Premsa', una "taberna típica catalana y centro de arte", como se definen en redes, un lugar especial por diferentes motivos.
Especial porque allí puede ir "haciendo país tomando un vino blanco hecho con uva propia como el xarel·lo y la malvasía de Sitges" o como él dice, "haciendo país bebiendo un vino catalán y de mi tierra, del Gran Penedès, un vino del Massís del Garraf". Pero todavía más especial porque no le ha servido cualquiera, ya que allí "trabaja mi hija mayor". Eroles, enamorado de la mujer de su vida, su compañera de vida, Esther, tiene tres hijos, Júlia, Berta y Pau. Y la mayor, Júlia, trabaja justamente allí. Aquí la pueden ver haciendo una recomendación.
Jordi Eroles acostumbra a ser un tipo con la cabeza muy bien puesta en su sitio, emotivo, sincero y que se quiere a su gente y a su país. Y si recomienda este lugar, habrá que hacerle caso. Ganas de ir y hacer país como él probando los vinos y delicias que nos ofrece Júlia Eroles y el resto de profesionales de este restaurante que hace tan buena pinta.