Jordi González vuelve a televisión por la puerta grande. Hechos reales empezará en Telecinco el miércoles 25 de julio, presentándose como un nuevo programa de sucesos en el que recordarán los casos más oscuros de los últimos 25 años.
Con el objetivo de hacer promoción de ello, el catalán ha asistido al programa de Toñi Moreno del fin de semana. Una entrevista en la que ha explicado que los colaboradores irán comentando todos los detalles que habrán repasado con los vídeos resumen.
Ahora bien, uno de los momentos más destacados de la conversación ha estado cuando la presentadora ha querido que González hablase sobre el proceso catalán. Es conocido por muchos que no es independentista, pero ahora se ha desahogado argumentando qué piensa de los líderes catalanistas: criticando cómo han actuado.
"Soy catalán, hijo y neto de catalanes. Pero me parece mal, un despropósito y creo que lo están haciendo mal a propósito. Se puede plantear cualquier cosa, incluso la independencia, pero desde la inteligencia", empezaba, dejando las cosas claras.
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Porque según González, el boom independentista salió para tapar los escándalos de corrupción que rodeaban a los partidos políticos catalanes: "Se extendió una inmensa bandera catalana sobre esta porquería y venga, a reclamar el derecho a ser un Estado".
Duro, pero también sincero y lógico: "Todavía no sé por qué sería mejor que Catalunya fuera independiente, y cómo no lo sé, me reservo el derecho a no ser independentista. Y entonces hay gente muy independentista que se enfada conmigo, que son muy demócratas pero si no pienso como ellos se enfadan conmigo".
Jordi González califica esta independencia como "amateur" y "absurda" y afirma que la sociedad catalana se ha fracturado por culpa de ella: "Incluso ha pasado en mi propia familia. Mi hermano piensa de una manera y yo de otra y para no confrontarnos, no hablamos del tema. Eso pasa en muchas familias, pero mientras tanto, los que montan todo eso se están riendo un poco de todo lo que han provocado. No creo que se lo estén tomando seriamente nadie. Excepto lo más importante, que es el pueblo".
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Un discurso que ha acabado con un clamor: "Hay millones de personas que salen con todo el derecho del mundo a reivindicar aquello que creen que es justo. Muy bien, que lo reivindiquen, que lo hagan. Que dejen también que los que no piensen lo mismo lo expresen, que también puedan hacer pedagogía pública del no".