Jordi González lleva toda una vida dedicada a los medios. Lleva la comunicación en la sangre, es un monstruo televisivo, y podemos decir sin temor a equivocarnos, claro y catalán, que es uno de los mejores presentadores de la televisión de este país de las últimas tres décadas. Después de 37 años dedicados a este medio, compaginándolo con muchas épocas haciendo radio, Jordi soplará este mes de septiembre 60 velas. Cambiará de número delante, pondrá un 6, y, según él mismo, todavía le quedarán 18 años de vida. Cuando menos, si hacemos caso de su propio vaticinio que dejó a todo el mundo fuera de juego cuando en una entrevista hace un año confesó que siempre ha tenido la certeza de saber cuándo y cómo morirá: "Te doy una primicia: estoy en condiciones de decirte que moriré a los 78 años, por causa de un infarto, en un avión. Lo sé desde siempre. A los 14 o 15 años lo tuve claro. Yo, claro está, decía en aquel momento: 'Yo moriré muy viejo, muy viejo, muy viejo'. Cuando yo voy a hacerme una analítica de sangre es para hacer algo. ¿Qué te parece"?. González exponiendo la certeza de que hace tiempo que le ronda por la cabeza, y pronunciada con toda la calma del mundo y la tranquilidad y satisfacción de haber tenido hasta el momento una vida plena, intensa y donde no le ha faltado nunca el trabajo que hace tan bien: "Escucha, ahora no entraremos en cuestiones metafísicas, pero 78 años está bastante bien, ¿eh? Pienso que tengo un destino. No sé si está marcado, es una cosa que yo sé".
Los que lo hemos conocido, hemos trabajado con él y le queremos, esperamos que se equivoque y viva muchos más. O si le tenemos que hacer caso y acierta, disfrutarlo todavía muchos más años haciendo lo que mejor sabe. Porque la tele y la radio de este país no se pueden permitir el lujo de prescindir de alguien con el talento, la bondad y el magnetismo que tiene él con los espectadores y los oyentes. De momento, el bueno de Jordi se está tomando un año sabático. ¿Merecido? No. Merecidísimo. Se ha ganado a pulso hacer lo que le salga del moño, detenerse un año, mirar a su alrededor, respirar... y vivir la vida. Ser feliz, que de eso se trata. Y después de muchos años trabajando, si ahora lo puede hacer, LO DEBE HACER. Y vaya si lo está haciendo. Servidor coincidió el pasado sábado con él en un reencuentro maravilloso, cenando, riendo, explicando confidencias y recordando momentos juntos vividos, con el resto de compañeros de un programa que quedará para siempre en nuestras vidas, el Vitamina N, del cual ahora hace 20 años. Lo que charlamos queda en el recuerdo de todos nosotros. Pero sí que les confesaré una de las cosas que dijo él: la nostalgia no sirve para nada. Y tiene razón. Tenemos que mirar el presente y el futuro. Y su presente y su futuro, para muchos de sus seguidores, tiene una pregunta que sobrevuela su cabeza: ¿hasta cuándo?
Con otras palabras fue la pregunta que le hizo un buen amigo que lo conoce bien y ha trabajado codo con codo con él muchos años, Rocco Steinhouser. Fue en el programa El Circ de 8TV, donde fue Jordi como invitado. El programa de Frank Blanco recordó el Vitamina N, como es lógico, y dieron un repaso de su carrera, los últimos años en Telecinco, encargándose sobre todo de debates de Gran Hermano o de Supervivientes. Y Rocco le pregunta: "Oye, queda medio año de vacaciones... ¿Te estás planteando volver a trabajar o realmente decir 'Oye, estoy tan bien este año que ya está, que quiero retirarme'...? Y me gustaría saber dónde". Jordi se toma unos segundos para responder y lo hace, como siempre, como sólo él es capaz de hacerlo: "Os explico mi teoría: el grifo que mana". ¿Cuál es esta teoría?
"Muchas veces nos hemos encontrado un grifo que mana, que está abierto y va chorreando agua. Pero no te das cuenta de que estaba manando agua hasta que alguien no cierra el grifo. Y a mí me ha pasado eso exactamente. Han cerrado el grifo y veo que estoy mejor, sin que mane el grifo. Hay momentos que necesitas ruido, pero cuando dices 'Ahora quiero paz y tranquilidad', y tienes paz y tranquilidad, se está mucho mejor que cuando intentas tener paz y tranquilidad en un trabajo estresante y que quema mucho". Hecha esta analogía, Jordi responde sin ambages a la pregunta deRocco: "Yo volveré a trabajar en enero si me anima un proyecto diferente a lo que he hecho hasta ahora". Ojalá le llegue. Y si no, que sea inmensamente feliz hasta los 78 años o más.