Es una de las Leyes de Murphy: si algo puede salir mal, no lo duden. Saldrá mal. Incluso, peor. Jordi González parece haberse abonado a esta máxima cada vez que presenta los debates del reality 'Secret Story'. No hay noche de domingo que no acabe con el presentador catalán sentenciado por la audiencia, y una muestra fehaciente es todo lo que dicen de él en las redes sociales mientras está en directo. Si, 'gajes del oficio', dirán: un comunicador de éxito tiene que pagar el precio de los 'haters'. Pero su problema es doble: es imposible encontrar ningún comentario positivo sobre su presencia en el concurso, por una parte, y que sus números de 'share' son los más bajos de la semana. Un cóctel difícil de digerir.

Cuando no es una actitud de pasar de todo, es un moco en la nariz o un ramalazo de mala leche fuera de lugar. Cuando no es forzar situaciones incómodas o gratuitas, es pelearse con la dirección del programa. González tiene todos los boletos para la tómbola y acaba la jornada con un montón de "premios". En el último debate de este domingo, con una situación inédita: un presentador que se olvida de la mecánica del concurso. Se hizo un lío o simplemente le importaba un rábano. Y mira que ya le advirtieron horas antes de que se pusiera las pilas y estudiara un poco. Seguro que lo hizo, pero el lapsus posterior lo hundió, tratando a una pareja de concursantes como nominados para marcharse el próximo jueves cuando, pobres, no lo eran.

Jordi González descoloca a la audiencia de 'Secret Story' / Telecinco

Críticas a Jordi González por olvidar la mecánica del reality / Twitter

El clamor de la red sobre el desinterés de Jordi quedó reforzado con la anécdota, pero no es exactamente cierto. Sí que tiene interés en una cosa: el espectáculo. Aquello por lo que le pagan generosamente. Ahora bien, tampoco es que su método haya gustado cuando forzó con insistencia a dos exconcursantes a darse un beso en la boca. Hablamos de Sofía Cristo, expulsada por agredir a Miguel Frigenti, y Fiama, una ex de 'La Isla de las Tentaciones' que entró en la casa con el cartelito de "me gusta Sofía". Como las dos están en la calle y no pudieron desarrollar esta relación sorprendente e inesperada, la productora ha querido volver a probar suerte en el plató de González. El barcelonés hurgó hasta que lo consiguió. Incluso llegando a empujar físicamente a una de ellas para conseguirlo. Y tuvimos beso. Y pollo, claro.

El beso entre Sofía Cristo y Fiama con la ayuda inestimable de Jordi González / Telecinco

Ni las formas ni el contenido provocaron una reacción favorable. Entre otras cosas, porque muchos consideran esta relación o 'carpeta' como un fraude, una trampa para intentar tener notoriedad. Tampoco que le dediquen tantos esfuerzos e interés aCristo, fuera del concurso por violenta. Y cómo no, por la manera de actuar del conductor del show. Ahora bien, lo que sería extraño es que no lo criticaran, la verdad.

Jordi González vuelve a recibir por forzar un beso / Twitter

Porque sabemos cómo es Jordi, su estado zen y su trayectoria, porque si no estaríamos preocupados por un presentador que genera tanto rechazo entre los espectadores. Hay que tener muchas tablas, mucha cintura... y mucho estómago.