Despliegue televisivo amplio por las primeras elecciones al Parlament en día no festivo. La ventaja es que Susanna Griso y Ana Rosa Quintana trabajan el 21-D y tienen exclusivas como si se tratara de la Pantoja. Mientras Ana Rosa se ha hecho viral censurando a un votante que criticaba los abusos policiales del 1-O, Griso ha sido la única lo bastante hábil para enviar una cámara al club de jubilados Can Castelló en el barrio barcelonés de Galvany. Allí no vive pero vota el expresident de la Generalitat Jordi Pujol i Soley. Imputado por blanqueo de capitales, sin el tratamiento de Molt Honorable y apartado de la vida política, Pujol todavía tiene ánimo de votar. La reportera no le ha hecho la pregunta más jugosa: ¿a quién ha votado?
Ha ido acompañado de su esposa, también imputada, Marta Ferrusola. Ninguno de los dos han querido hablar. Ella le dice a su marido "cuidado que aquí hace bajada" a la salida del centro. Preguntarle si ve posibilidades de que gane Puigdemont o cómo ve la fuga de empresas de Cataluña ha sido un despiste. Griso se lamenta: "¡La callada por respuesta!". El morbo era saber si Pujol vota a JuntsXCat o se ha desdicho de los herederos del partido que él fundó, CDC. Susanna Griso le hizo a Pujol la última entrevista de la historia en Espejo público hace cuatro años, antes de tener cuentas pendientes con la justicia.
Lo más interesante del vídeo votando en la zona alta de Barcelona ha sido la simbología, el lenguaje no verbal y los colores. Fíjense en el momento de votar. En el DNI de Pujol pone nacido en España hace 87 años. A su espalda tiene a una señora de la cola con el bolso con la bandera española (es el mismo colegio electoral de Juan Carlos Girauta, portavoz de Ciudadanos). El bolso rojigualdo lo puso de moda Cristina Cifuentes en el desfile militar del 12-O, pero hay algo más relevante:
Azul en la chaqueta, en el jersey y en la camisa. Azul PP, azul CDC, azul señor de 87 años. Ni un lazo, pañuelo, bufanda o audífono amarillo. El único preso que le interesa es su hijo mayor. Jordi Pujol Ferrusola hace meses que está en prisión pero podría pasar la Navidad en la casa familiar de General Mitre. La Audiencia Nacional le acaba de rebajar la fianza de 3 millones a 500 mil euros. Júnior libre y sin lazos en la solapa.