Jordi Sánchez conserva las raíces familiare. Desde que el cómico salió de la UCI por la Covid es un hombre nuevo. Dice que durante la enfermedad y los dos meses en cuidados intensivos pensó mucho en su familia. Ahora su Instagram es un álbum familiar.
El actor de La que se avecina y Plats bruts no acostumbra a presentar en público a su pareja ni a los hijos pero por el otoño ha hecho una excepción: enseña a su madre, la madre de Jordi Sánchez Zaragoza, la señora Zaragoza. Y una tradición que en Madrid no se conoce mucho: los buscadores de setas. Sánchez muestra ser un experto porque ha llovido y el bosque está lleno de níscalos:
750 mil followers esperan como agua de mayo los posts de Jordi Sánchez y los regala una foto pletórico de salud, con la madre. Él la italianiza, la mamma: "Níscalos & la mamma. El Primo DL'oncle dels bolets". Rovellons son las setas más comunes en su tierra, Catalunya.
Quien le ha felicitado es otra actriz catalana que aparece a la serie de José Luis Moreno. Loles León: "La mama qué guapa!!!! Besos cariño ❤️����". Jordi Sánchez está muy recuperado del coronavirus que sufrió el marzo pasado:
La afición a salir a "cazar setas" es muy catalana: cesto de mimbre y secretismo sobre las mejores zonas donde cogerlos. En Madrid personajes como Pablo Motos se hacían cruces que su invencible programa en España, El hormiguero, era derrotado día tras día por programas de TV3 como El cazador de setas, y lo denunció: "Es que en Catalunya me ganan hasta las setas".
Mientras las presentadoras como Núria Marín de Telecinco salen en bikini dando por acabado el verano, el actor catalán inaugura el otoño y la temporada de setas:
Después de haber estado en coma 24 días el gusto de los níscalos es diferente, como la primera vez|golpe que se prueba uno. En primavera se debatía entre la vida y la muerte y en otoño feliz con su madre. Jordi Sánchez, uno de los nuestros.
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Así explicó la enfermedad y cómo ingresó de urgencias en el hospital.
"Los cuatro primeros días son como una gripe. Yo tampoco tuve mucha fiebre, pero no acababa de encontrarme bien". Un pronóstico que empeoró con el paso de los días, hasta que los médicos lo pusieron en coma inducido. "He estado durmiendo todo el rato y he tenido unos sueños terribles".
El peor momento fue cuando se despertó. "Pensé que mi hijo estaba muerto. Estaba triste y hecho uno mierda. Hasta el tercer día no me atreví a preguntar si lo que había soñado era cierto. Después me dijeron que no y me eché a llorar".
Unos sueños fruto de la gran cantidad de medicamentos que tuvo que tomar. "Estás tan drogado que todo lo que sueñas te parece real. Es terrible. Pierdes la noción del tiempo y alucinas. Incluso llegué a hacer los papeles para enterrar a mi hijo".