Pronto hará un año que Jorge Fernández reveló públicamente que arrastra un problema de salud que afecta al aparato digestivo. Después de meses de aguantar comentarios sobre si estaba demasiado delgado o físicamente desmejorado, el presentador vasco de La ruleta de la suerte explicó en agosto qué síntomas tenía: "Llevo más de un año con trastornos intestinales. Por mucho que coma, la comida se fermenta en el estómago y no va donde tiene que ir. Cuando tienes el sistema digestivo afectado,tu sistema inmune baja. El 80% de tu binestar pasa por tu salud intestinal, y si no la tienes, difícilmente estarás bien en el resto de aspectos". En aquel lapso de tiempo había perdido casi 9 kilos. Finalmente le diagnosticaron la enfermedad de Lyme, una patología infecciosa transmitida por una garrapata, agravada por una gran cantidad de mercurio alojada en su organismo.

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El televisivo ya sabe lo que tiene y sigue un tratamiento para recuperar la salud, aunque durante un largo periodo ningún médico le supo explicar qué le pasaba. Fueron meses de calvario, de encontrarse mal sin ningún tipo de explicación aparente. Como los especialistas no le daban respuestas, empezó a investigar por su cuenta. Sabia decisión, porque gracias a eso acabaron descubriendo la causa de su malestar. Una situación que lo ha llevado a hacer una profunda reflexión con sus seguidores. "He experimentado en mi propio organismo, las devastadoras consecuencias de la acumulación de mercurio", narra en su perfil de Instagram. Y alerta a todos aquellos que lo leen: "Muchísimas personas llevan años con varios síntomas que terminan con los mismos diagnósticos: fatiga crónica, depresión, dispepsia funcional, colon irritable, anorexia, vértigos, insomnio y un largo etcétera. El problema es que la mayoría de gente se queda jodida para siempre con ese mal diagnóstico y con toda su sintomatología".

Fernández es uno de estos pacientes que al principio recibió una respuesta que no lo convenció: "Yo me negué a aceptar esta mierda. Ningún médico os puede mandar a casa diciéndoos que tenéis fatiga crónica. Tenéis que buscar el porqué. Siempre. Porque en medicina siempre hay un porqué". Pidió segundas y terceras opiniones, insistió, se informó y al final empezó a tratarse. "Yo lo encontré porque no me di por vencido, no me rendí. Y un año después he terminado mis quelaciones intravenosas. Me han sacado el mercurio que poco a poco fui acumulando, mediante un quelante intravenoso que se llama EDTA (ácido etilendiaminotetraacético)", escribe.

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El mercurio es tóxico y penetra en el organismo a través de dos canales, por la respiración o con la ingesta de alimentos. Sobre todo con el consumo de pescado y marisco contaminados, como el atún o el pez espada. Así es como se intoxicó, poco a poco y con el paso de los años, Jorge Fernández. "Yo comí mucho atún rojo durante muchos años, por ejemplo", señala. "¡Cuidado!". Existen alternativas. El salmón o las sardinas son dos de las especies que menos mercurio acumulan, y que son más saludables.