Todas las cadenas saben que la final de Eurovisión siempre es la opción más seguida por la audiencia. Todo el mundo habla del festival, generando un alboroto que casi obliga a los teleespectadores a ver, ni que sea por curiosidad, como actúa España. En esta ocasión la parejita de OT Amaia y Alfred no consiguió, tampoco, enamorar a Europa. Con una puntuación bastante baja, acabaron cuartos por la cola: "El resultado es una mierda, la verdad," confesó la cantante. Sin embargo, el concurso musical volvió a ser muy y muy seguido. De hecho, consiguió hacer un récord: un 43,5% de share en España al que no se llegaba desde el 2008.
Teniendo en cuenta que más de siete millones de teleespectadores estuvieron pendientes de las interpretaciones y del salto del espontáneo que interrumpió la actuación del Reino Unido, poca gente quedaba viendo el resto de programas. En Catalunya los más políticos se decantaron por otro Preguntes freqüents con mucha teca, pero quedaba un tercero en discordia: Sábado Deluxe.
Telecinco sabía que se enfrentaba a un reto muy complicado, recordar en la audiencia que ellos también tenían programa y hacer que se engancharan a los chismorreos. ¿Y de qué mejor manera podían llamar la atención? Acorralando al presentador, Jorge Javier Vázquez, y aprovechándose de la expectación que genera. ¿Cómo? De la forma más eficiente que tienen, sometiéndolo a un polígrafo. Así podían asegurar que revelaría sus secretos más íntimos, un llamamiento que tuvo respuesta.
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¿Y qué acabó descubriendo a Conchita, la encargada de la máquina de la verdad? Pues alguna que otra confesión. El presentador vio cómo salían a relucir sus deseos más íntimos: sabiéndose ahora que le excitan dos colaboradores del programa, Rafa Mora y Antonio Rossi.
Su separación de Paco, quien fue pareja suya durante 10 años, sigue generando un gran interés. ¿Cómo se encuentra Jorge? Pues según el polígrafo, mejor que nunca: ligando como si no hubiera mañana.
Ahora bien, el momento más impactante llegó a raíz de una verdad de Jorge. Le preguntaron si se había hecho un injerto de pelo, negándolo él y diciendo el polígrafo que era verdad. Pero se vio obligado a explicarlo: "No sabía si era legal o no lo que he hecho... Ahora sé que sí, que te lo receta un médico. Tomé la hormona del crecimiento para que creciera el pelo. Siempre con supervisión médica, claro está".
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¿Y cómo acabó la entrevista? Con otro momentazo televisivo: María Patiño enfadada. Siempre se ha hablado mucho de una presunta mala relación entre los dos presentadores. Pues bien, parece que sería bastante real. La pregunta del polígrafo tenía muy mala leche: "¿En alguna ocasión Mila Ximénez y tú os habéis intercambiado mensajes por teléfono diciendo que María Patiño es un poco pesada cuando estaba delante vuestro?". Él lo negó, por descontado, pero era mentira.
Telecinco no ha tenido piedad, haciendo que su presentador estrella se confiese para enganchar la audiencia. ¿Volverán a utilizarlo como reclamo?