De estrella indiscutible y emblema empresarial, a cabeza de turco que paga los platos rotos. De tener su foto en el famoso pasillo de Telecinco, a verse castigado y cancelado dos veces en 3 meses. La carrera de Jorge Javier Vázquez está sufriendo batacazos impensables, la última todavía colea: la cadena ha cancelado su nuevo 'Cuentos Chinos' por baja audiencia. No llevaba ni tres semanas completas en antena, ya le habían sisado el capítulo de los jueves para fortalecer la apuesta de 'GH VIP', otro fracaso de la nueva dirección del grupo. La cadena amiga es hoy en día la cadena fallida. Y han empezado a rodar cabezas por la parte más fácil de la pirámide, por los proscritos. Jorge Javier. A Ana Rosa y a sus secuaces, sin embargo, todavía no les han tocado un pelo, a pesar de marcar mínimo tras mínimo. ¿Curioso, verdad?
Que sí, que los números no cuadraban. Que por mucho que lo intentaran, la sangría no se detenía. Luchar contra 'El Hormiguero' con un programa improvisado era una quimera, y ni el talento ni la ilusión han podido plantar cara al gigante de Atresmedia. Pero hay otra realidad incontestable: perder al comunicador catalán es una desgracia para la televisión, especialmente viendo cómo está el percal. Un Vázquez oxidado, sin ánimo y con una tira de esparadrapo en la boca le da mil vueltas al resto, así de claro. No lo ve así la zona noble de Mediaset, que se lo han cargado. Fuera.
Bueno, fuera. Jorge Javier sigue teniendo contrato de cadena multimillonario, no dejará de pertenecer a la empresa. Pero pasa a la famosa nevera, antes frecuentada por Jesús Vázquez, Jordi González y otras tantas caras conocidas para el gran público. Lejos de la antena. El golpe para Vázquez no es menor: la cancelación de 'Sálvame' lo hirió. Se fue un mes antes del adiós, no contestaba al teléfono, cayó en un pozo anímico. No apareció por plató, ni siquiera a través de un vídeo, en el "funeral" televisivo de su gran obra. Pasó meses curándose, recomponiéndose, hasta que le pusieron sobre la mesa el proyecto de los 'Cuentos Chinos'. Y el desenlace ha sido este, amargo, cruel, implacable. Dos bofetadas tan grandes no se digieren con facilidad. Ha dicho a sus fans, y a los que no lo son, "gracias y perdón por no haber sabido encontrar la llave de vuestra complicidad. Esa es la pena que me queda". Una declaración que podría venir acompañada de más consecuencias.
Es lo que afirma una revista como 'Semana', que a pesar de no ser de la cuerda del presentador (él es de Lecturas), asegura tener gargantas profundas en su entorno íntimo. ¿Qué explican? Que el impacto de la noticia está haciendo que se vuelva a plantear su ofrecimiento a hacer de padrino de Isa Pantoja en la boda con Asraf Beno. El de Badalona anunció que lo haría porque considera que la hija de la tonadillera es una persona maltratada por el clan. La invitó hace unos días a plató para hablar del tema, reafirmando su compromiso y ofreciéndole trabajo como colaboradora. El empleo más corto del mundo, por otra parte. Ahora se podría bajar del carro. Dar un paso atrás porque "cuando no está en su mejor momento, evita encuentros con mucha gente o quedadas 'con mucho ruido'. Se centra en sus estrictamente allegados e íntimos'". Es plausible. Veremos ni los Nostradamus aciertan o si Jorge se repone y se planta en el bodorrio.