Cuando falta un mes y pico para que Jorge Javier Vázquez cumpla 50 años, el presentador catalán de Sálvame echa la vista atrás y piensa en todo lo que ha vivido pero también en las experiencias que se ha dejado perder. Medio siglo de existencia y una espineta clavada: nunca ha llegado a disfrutar plenamente de su sexualidad.
GTRES
En alguna ocasión ha confesado que, cuando empezó a trabajar en la televisión, le costó muchísimo salir del armario y explicar públicamente que era homosexual. Pero finalmente hizo de tripas corazón para hablar de ello abiertamente, y ahora es uno de los famosos LGTBI más influyentes de la pequeña pantalla. Aunque en este camino tan personal, Jorge Javier lamenta que hay situaciones de juventud que no ha tenido oportunidad de vivir. "Me hubiera gustado disfrutar de una manera más libre y despreocupada mi condición sexual y haber gozado de un amor de verano en alguna ciudad europea. Hacer el interrail, amar sin complejo de culpa, acariciar pieles tersas y morenas en París, Copenhague o en la aparentemente aburrida Viena", escribe esta semana en su blog de la revista Lecturas. "Tener un grupo de amigos despreocupado que considerara el pasárselo bien como una de las asignaturas principales de la vida".
La mitad de la vida escondiendo que era gay, la otra mitad trabajando sin descanso. "A los 25 años me vine a vivir a Madrid y me convertí en una persona responsable. Muy dedicada a su trabajo, muy entregada, que dejaba poco lugar al goce porque por herencia paterna lo consideraba una pérdida de tiempo. El trabajo me ha llenado tanto que mi vida personal han sido ratos. Ratos que he intentado exprimir al máximo porque después siempre me tocaba trabajar". Ahora que cumplirá 50, Jorge Javier quiere afrontar la vida de otra manera.