Jorge Javier Vázquez ha quedado impactado por la muerte de dos personas de su entorno. Una es real y lamentada por todo el mundo, la de la actriz Concha Velasco. No solo la consideraba un ídolo y referente, también era una amiga. La pena por la de Valladolid ha sido genuina, cosa que también ha pasado en el segundo caso luctuoso. Pero este no es de tanatorio ni capilla ardiente, es una muerte simbólica. De índole profesional. Lo echan, o se va, siempre habrá versiones que expliquen la jugada desde su barrera. Da igual, Borja Prado está fuera de Mediaset. Este mes, hastanunqui.
El hijo del administrador de Juan Carlos de Borbón marcha después de 18 meses al mando del transatlántico audiovisual. Sus decisiones y estrategias están dejando en una llovizna la bajada de audiencia que sufrió Telecinco durante los últimos compases del reinado de Paolo Vasile. La madre de todas las tormentas está aquí. Sus cambios, proyectos y otros han sido lamentables. No es solo culpa suya, también de Alessandro Salem, pero el italiano se queda y el expresidente de Endesa sale. El fracaso más bestia, el de 'TardeAR', por mucho que lo quieran maquillar. La medida más polémica, matar 'Sálvame'. Y la gran mentira de una televisión apolítica, al descubierto. Empiezan las consecuencias y las rectificaciones. Y Jorge Javier está bien atento.
Vázquez está mano sobre mano en Telecinco, ligado con un correa de oro, platino y zafiros. Aquello de 'Cuentos Chinos' era un pasatiempo envenenado, lo fulminaron al cabo de tres semanas. Las relaciones con 'La Fábrica de la Tele', productora habitual de los formatos del de Badalona, era y es pésima. Se la han cargado, acabamos de saber de primera mano que Òscar Cornejo y Adrián Madrid cierran el chiringuito. Era la crónica de una muerte anunciada, le habían quitado la producción de 'Socialité', que se la queda Christian Gálvez, y está pendiente el marrón de Risto Mejide, 'Chester' y 'Todo es mentira'. Jorge Javier sabe que no trabajará más con sus colegas de éxito de las últimas décadas, y espera que le vayan cayendo encargos. Lo que ha visto, finalmente, es el cadáver de Prado también pasar por delante de su casa.
La reacción de Vázquez es de un sarcasmo extremo. "Una pena muy grande. Siempre se nos van los mejores". Ambiguo, interpretable. Se puede aplicar esta frase hecha a todo y a todo el mundo. Pero no duden de que, tratándose de Vázquez, este guante lleva una B y una P bordadas con meticulosidad. Uno que te den de primera categoría. Cierta justicia, en definitiva. Tú me matas, pero mueres antes de poder celebrarlo. Joróbate.
Una pena muy grande. Siempre se nos van los mejores.
— Jorge Javier Vázquez (@jjaviervazquez) December 5, 2023
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