Reciclarse o morir. Esta es la máxima que aplica la clase política cuando abandonan sus actividades en gobiernos, partidos o asesorías diversas. Muchos utilizan las puertas giratorias para colocarse en empresas del Ibex y cobrarse los servicios prestados a la causa. Otros prefieren la vida diplomática, más relajada, divertida y frívola. Especialmente si la embajada de turno se encuentra muy lejos del país de origen. Un caso paradigmático es el de Jorge Moragas, antigua mano derecha de Mariano Rajoy y que actualmente es embajador español en las Filipinas. Un cargo de enorme responsabilidad y en el que tiene que poner en práctica todas las habilidades desarrolladas durante el "reinado" del populares, como ha demostrado en un acontecimiento de primer nivel: La elección de Miss Filipinas, dónde ha participado como jurado.

Moragas, uno de los grandes amigos de Alícia Sánchez Camacho, lució sus mejores galas para no desentonar entre tanta estrella. Su smoking blanco con pajarita negra destacaba entre celebrities locales como cantantes, karatekas, actrices y deportistas, que también formaron parte del jurado del concurso de belleza. Entre todos ellos escogieron a la modelo de origen palestino Gazini Ganados como ganadora, una decisión que levantó polvareda en el país asiático. Pero eso es lo que menos importa. Lo más chocante es encontrarnos en Twitter con los vídeos de la durísima vida de Jorge Moragas en ultramar.

LOC - El Mundo

El clan Rajoy sí que sabe "pasar a mejor vida" después de la política. Mariano, haciendo de "sirenita" en Formentera. Soraya, bien colocada y discreta en Cuatrecases. Y Moragas, uno de los cerebros de la estrategia del PP post-Aznar, haciendo el papelón como embajador en Filipinas. Recuerdan aquello del "¿qué sabes de Rusia?". Pues Jorge va por el mismo camino. ¡Ah, sí! Y con el dinero de todos los contribuyentes.