Televisivamente hablando, una imagen ha destapado la caja de los truenos los últimos días: el adiós de una concursante de Masterchef, Tamara, diciendo, en resumen, que el programa no es el que ella esperaba, que está mejor en su casa con su familia y que primero es su estabilidad y tranquilidad mental que cualquier otra cosa. Solo faltaría... Excepto que a Jordi Cruz no le pareció bien y su reacción cuando la concursante dijo que abandonaba el concurso, ha provocado un incendio, por poco empático, por demasiado duro y por no ponerse en la piel de ella. Incluso, algunos han recordado qué pasó con Veronica Forqué.
"¿Y qué haces aquí"?, le preguntaron cuándo ya le movía por la cabeza marcharse. Respuesta: “Para vivir la experiencia. No me dedicaría a la cocina ni loca. Ni loca montaría un restaurante, porque es un trabajo muy duro y son muchísimas horas. Yo tengo un marido, un hijo y una vida que vale muchísimo más que dejarme la vida en un restaurante. Estoy mejor fuera que dentro. Me considero una mujer super afortunada. Tengo una casa maravillosa, un marido comprensivo y que me consiente en todo. No me gusta rodearme de cerdos, y no sé que hago aquí aguantando tonterías”.
Después, el adiós de Tamara y la reacción furibunda de Cruz. Ha sido tanta la indignación con el chef y jurado catalán, y con el programa, que han salido los dos juntos en un vídeo para tratar de rebajar la tensión y la indignación: “Soy cocinero y hay ciertos temas que los tienen que hablar profesionales. En MasterChef, hablamos de superación, de velocidad, de evolución, de actitudes, de querer mejorar, de querer superarte. No estamos ahí para herir ni para atacar a nadie. Además, estamos haciendo televisión. No sé si alguien se ha dado cuenta. La televisión me la tomo muy en serio. Queremos que descubráis el mundo de la cocina, pero también es un formato televisivo", ha dicho él.
En resumen, están haciendo tele. Un programa de TV. Un programa donde, no nos engañemos, una de las claves es generar mal rollo, tensión y disputas. Las discusiones venden más. En este sentido, es muy pertinente y curioso escuchar la entrevista que le han hecho en el Versió RAC1 a Jose Corbacho. El actor y humorista catalán ha sido uno de los participantes de Masterchef Celebrity, donde hay menos mal rollo que con concursantes anónimos, con los cuales parece que hay más manga ancha a la hora de atizarles o abroncarles. Pero que haya menos mal rollo no quiere decir que renuncien a ello en la dirección del programa.
Corbacho ha hecho una revelación sorprendente: "Intentaron crear mal rollo diciendo 'Sílvia abril te ha robado un tomate'". Explica que para seguir la tónica, intentaron crear mal rollo..., pero de manera torpe y naif, diciendo que Edu Soto o Sílvia Abril, intimísimos de Corbacho, le habían robado un tomate. Él vio que aquello no funcionaría y afortunadamente, fue una edición marcada por el buen humor y el buen rollo.
Entendiendo que es un programa de tele, cómo nos gustaría que no intentaran hacer nada desde la dirección, que la cosa fluyera, que las relaciones que se establecieran fueran las que surgieran, sin crear mal rollos ni nada, y que si hubiera algún mal rollo, fuera 100% natural, sin que ellos quisieran forzar la máquina.