Lo avisamos y se ha cumplido con creces: la boda de José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo ha sido un espectáculo de circo. Deja clientes satisfechos por todos lados: los de la cuerda de los novios, haciendo la croqueta con cada detalle rancio del enlace, y después la gente normal, que todavía no se puede creer lo que han visto con sus ojos. Un carnaval en el mes de abril con la flor y la nata del Madrid y la España naftalínicas, con chotis ortopédico, estilismos ulcerantes, apariciones de ciencia ficción y regalitos de última hora: las famosas imágenes de Froilán de empalmada, saliendo del after el domingo a las 11 de la mañana directo a celebrar el cumpleaños de su padre Jaime Marichalar.
El bodorrio del concejal madrileño con la aristócrata ha sido el tema del fin de semana, con televisiones públicas como Telemadrid perdiendo la cabeza y retransmitiéndola en directo, y un buen puñado de digitales con la difícil misión de explicar el desarrollo sin partirse de risa con el esperpento. En general, el tono y el tipo de información que se ha visto, leído y oído ha sido un masaje infinito. Difícil encontrar un mínimo de racionalidad. Suerte que tenemos de Jordi González, presentador catalán de 'D Corazón' en TVE, y de una colaboradora como Alba Carrillo, expulsada de Mediaset por orden de Ana Rosa Quintana. Entre los dos pincharon el globo de la fiebre Almeidista con un par de bofetadas que, en resumen, es el que muchos piensan del tema.
La cosa empieza con Terelu Campos, pelota oficial del reino, aportando una vivencia con Almeida en un restaurante de Madrid. Se ve que la clientela del local, obnubilada con la presencia del pepero, no se pudo contener y lo aclamó como si fuera Rafa Nadal: "Todo el mundo empezó a aplaudirle. No me había pasado eso en la vida y él estaba absolutamente abrumado". O Terelu and company son muy impresionables, o sus filias ideológicas ensucian su capacidad de análisis. Un compañero de la hija de María Teresa Campos, el periodista italiano Euprepio Padula, se sumaba al homenaje: "Es muy querido", afirmaba el hombre, al que Almeida había casado en 2021. La cosa amenazaba con orgía propagandística, pero de fondo se escuchaba la voz de Carrilo, tronchándose de risa: "Eso es el termómetro de cómo está este país, porque yo no le aplaudiría".
Gonzaléz se reservaba la traca final con otro comentario implacable, dicho con toda la socarronería del mundo contra la legión de fanáticos: "O el barrio en el que está ese restaurante". Jordi hacía diana, y con el mismo sopapo fulminaba al protagonista de la conversación... y a la propia Campos, por aduladora y clasista. Una Terelu, por cierto, a la que ya solo le queda este trabajo en TVE: la han despedido del 'Mañaneros' de Jaime Cantizano. Veremos si va por el mismo camino con 'D Corazon'. Con este tipo de intervenciones, su lugar está claramente en Telemadrid.