Madrid no tiene un alcalde; tiene un animador sociocultural para españoles de bien. Con mucho de poder, eso sí. Desde que José Luis Martínez-Almeida se ha emparejado in extremis con una rama secundaria de los Borbones, todavía más. Pero no deja de ser un tipo más adecuado para la comedia y el entretenimiento que para cualquier ocupación y objetivo beneficioso para el bien común. De las pocas cosas que le faltaban por probar, este lunes 17 de junio traemos una novedad: ser torero. Tras unos meses donde lo hemos visto a menudo por Las Ventas, ahora ha bajado al ruedo. Bueno, no exactamente. A la tierra de la dehesa. Y se enfrentaba en proporción de 2 en 1 a un animal, una vaquilla jovencísima, que la pobre no tenía armas para defenderse. Pero ha luchado, vaya que sí.

La corrida del alcalde no ha sido, afortunadamente, con toda la liturgia y método sádico de sacrificio. Se trataba de marear y fastidiar al animal con el capote, intentando salvar los embates de revancha, mucho más que justificados. Almeida, acompañado por un torero profesional, Fernando Adrián, ha firmado un episodio digno de la película 'La Vaquilla' de Berlanga. Cada uno en un extremo del manto amarillo y rosa, practicando una danza que solo merece un calificativo que le suena bastante: ridículo. Sí, no haremos amigos en el mundo del toro, pero no hemos venido a hacerlos. Solo aquellos que los protejan de verdad serán bienvenidos.

Almeida torero Instagram
Almeida y Fernando Adrián / Instagram
Almeida torero X
Almeida el torero / X

Almeida no las tiene todas; no sabe si el animal acabará embistiéndolo y enviando su anatomía a hacer puñetas. Por eso su reacción atávica al paso del animal bajo el capote, pegando un saltito de pánico merecedor de un premio del 'Club de la Comedia', o que sé yo. El marido de Teresa Urquijo (inciso, no lo ha acompañado mientras se jugaba la vida, podía haber enviudado de la manera más absurda) ha conseguido hacer tres pasadas al vacuno y, satisfecho, ha compartido la proeza con el mundo. "Toreando". Claro que sí, máquina. Pero torero de cuarta.

 

La reacción de las redes no es la que más desearía el concejal madrileño, pero ya sabemos que el personaje es muy campechano, como su suegro-no suegro político Juan Carlos. Encajará las críticas con más chascarrillos, como aquel día con Susanna Griso hablando de las bondades de su estrenado matrimonio: "Hoy he ido a la compra". Así es Almeida, el Arévalo (que en paz descanse) de la política. Ha nacido un torero, José Luis. El mote que lo pongan otros.