La capacidad para hacer el ridículo del expresentador José Manuel Parada es inversamente proporcional a la frecuencia de sus intervenciones televisivas: cada vez le vemos menos en la tele (afortunadamente), pero cuando le invitan busca la forma más inverosímil de provocar vergüenza ajena. Desde hace tiempo, eso sí, ha introducido una nueva forma de estremecer al público: las redes sociales. Parada en Twitter o Instagram es como un mono con un subfusil. Peligroso, irracional e incontrolable. Ya dejó a medio mundo pasmado durante la despedida a Camilo Sesto, con una fotografía de su funeral acompañado por un hashtag sonrojante como #muerte. ¿Creen que alguna de las muchas críticas que recibió le hicieron reflexionar? "Va a ser que no".
Parada no nació con el don de la oportunidad. Más bien, el de 'la inoportunidad'. Un hecho indiscutible, después de ver y leer su mensaje de 'pésame' por la muerte de Margarita Seisdedos, la madre de la 'famosa' Tamara, Yurena o Ámbar, la cantante conocida por aquello del 'No cambié'. Parada tampoco ha cambiado. Es molesto, frívolo, bocazas y cada día produce más vergüenza ajena. A nadie más que al gallego se le ocurre colgar una imagen como esta para demostrar su apoyo y respeto despidiendo públicamente a alguien: José Manuel y el resto de colaboradores del programa 'Buenos días Madrid' de Telemadrid sonriendo (algunos tronchándose de risa). Vaya, lo que hace todo el mundo en momentos como estos.
Que alguien le quite el móvil a este hombre, por favor.