De cantante a "cantamañanas". Este es el recorrido vital de 'La Voz' de VOX, José Manuel Soto. Un hombre que hace de la ignorancia un arte, y de la estela de caspa que deja tras de sí, un trofeo casi taurino. Sí, "dos orejas y el rabo". Soto, legionario tuitero de los ultras, no podía dejar escapar la oportunidad de intoxicar el medio ambiente con una nueva estupidez indigna, ofensiva y nauseabunda, después de la sentencia a 38 años de prisión a los tres jugadores del equipo de fútbol del Arandina que agredieron sexualmente a una menor. Y lo ha hecho con un mensaje defendiendo a los acusados, poniendo en duda el testimonio de una niña de 15 años y apelando a la presunción de inocencia de unos condenados con un argumento de peso como "hablo sin saber".
Por no saber, Soto no sabe ni siquiera buscar la sentencia para opinar con fundamento sobre la decisión del tribunal. Él prefiere hacer una esperpéntica propaganda ultramachista que hará las delicias de la caverna. Dice que "hay que demostrar la culpabilidad" de los acusados porque si no "estamos perdidos". No, 'señor'. El que está totalmente perdido es usted, su cerebro y su dignidad, enterrada en un abismo después de emitir su 'cualificadísimo' veredicto. El andaluz, aficionado a coleccionar el asco de las redes, se está llevando toneladas y toneladas. Y las que le quedan.
Quizás Soto no se ha dado cuenta, pero el juicio de un caso tan grave como la violación de una niña merece o un poco de preparación, o lo más adecuado para personajes como él: dar se un puntito en la boca. Ciencia-ficción, sí, cierto. Lo demuestra cada vez que tuitea. Exactamente lo mismo que pasa cuando le tildan de artista. Más bien, bufón insoportable y 'cuñao' honoris causa. Ahora, a llorar, que es lo que mejor se le da.