Grande de España, José María Castillejo de Oriol vive en la ruina más absoluta. De tenerlo todo a quedarse sin nada, en un abrir y cerrar de ojos. Conde de Floridablanca, de Armildez de Toledo y de Fuente del Sauco y marqués de Aldama; los títulos nobiliarios de Castillejo no le sirven para nada porque no tiene ni un duro.
Castillejo de Oriol fue a la escuela con Felipe VI. El rey de España fue incluso uno de los testigos el día de su boda con la aristócrata Ana María Chico de Guzmán, en el año 1997 en Manacor. Un chalet en Aravaca, una mansión en Mallorca, avión privado, un yate... el conde de Floridablanca se hizo multimillonario, pero no por sus títulos nobiliarios. Castillejo de Oriol se enriqueció de una manera bestial cuando tuvo la idea de crear el muñeco Pocoyó, uno de los dibujos animados más famoso al mundo entero.
Pero todo se fue al garete y ahora, el conde de Floridablanca y amigo de Felipe VI relata su drama a El Mundo. Castillejo de Oriol vio cómo la crisis económica hundía las acciones de Zinkia, su empresa. Para intentar remontar, pidió un crédito millonario e hizo entrar a la dirección de la empresa a un nuevo socio mexicano: Miguel Valladares, relacionado con la cúpula del PP. "Me engañó, su objetivo era apropiarse de Zinkia", denuncia. Una jugada de su socio hizo que la empresa se viera obligada a hacer un concurso de acreedores, dice: "Fue mi perdición".
Antes de que Zinkia se hundiera, la dirección lo echó de su propia empresa, con una deuda multimillonaria. Su mujer, después de veinte años de matrimonio, le pidió el divorcio cuando vio que se estaba quedando pelado y que en casa empezaban a recibir amenazas pidiéndoles dinero. Han pasado tres años desde que empezó su pesadilla y todavía no se lo acaba de creer: “¿Qué sentí? Aturdimiento. Nadie está preparado para eso, lleva mucho tiempo de duelo asimilarlo”
Ahora vive en una vivienda de protección oficial en el barrio obrero de Vallecas, en Madrid, y depende de sus hermanos para sobrevivir: "De los pocos que nunca me han fallado". Ellos le pagan los 800 euros que cuesta el alquiler, porque no le queda dinero ni para hacerse cargo él mismo.